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El dilema de Cuén

• ¿Competir solo por el PAS o esperar a la decisión del PAN?

• Se va febrero y la coalición sigue sin precandidatos


En su objetivo de aparecer en las boletas electorales como candidato de la alianza PAN-PAS a la gubernatura de Sinaloa, el principal enemigo que tiene ahora el dirigente del Partido Sinaloense es el tiempo.

Héctor Melesio Cuén ya no lo puede disimular. En las entrevistas su estado de ánimo ha pasado de la tranquilidad y la seguridad a la impaciencia y la incertidumbre. Y no es para menos, consciente de lo que significa perder un mes de proselitismo en un calendario electoral tan corto.

Acostumbrado a la lucha política y con dos experiencias electorales a cuestas, el ex rector de la UAS sabe mejor que nadie que la inactividad en la fase de precampañas le puede costar una buena parte de su valioso capital político que ha construido con mucho trabajo en los últimos 3 años de intenso activismo e incansable gestoría social en los 18 municipios del estado.

Héctor Melesio Cuén logró levantarse literalmente desde los escombros que le dejó aquella contundente derrota en la contienda por la Senaduría, en julio de 2012, y lo hizo en un tiempo récord. En agosto de ese mismo año logró la fundación del Partido Sinaloense y desde ahí comenzó nuevamente a trabajar en la reconstrucción de una amplia estructura de movilización electoral que tiene su principal soporte en la Universidad Autónoma de Sinaloa, pero que ha sabido reforzar con la incorporación de simpatizantes externos a la UAS.

Los frutos de la creación del PAS se cosecharon al año siguiente (2013) al ganar 28 regidurías en los 18 ayuntamientos del estado y 3 diputaciones de representación proporcional en el Congreso local, lo que automáticamente colocó al partido estatal como tercera fuerza electoral.

Para las elecciones de este año, Cuén buscó un acuerdo que le permitiera alcanzar su objetivo de llegar a la gubernatura y para ello intentó concertar con los dos principales partidos políticos.

En la mesa de la negociación con el PRI se habló de varias alcaldías, entre ellas la capital del estado, diputaciones y posiciones en las planillas de los cabildos, pero fue en el PAN donde encontró la coyuntura para buscar la nominación a la gubernatura.

Por ello, Cuén formalizó el acuerdo para integrar una coalición con el PAN, en la que originalmente también iba el PRD, pero antes de que el Instituto Estatal Electoral aprobara el registro, este último se retiró por indicaciones de su dirigencia nacional.

Aparentemente, los planes de la alianza PAN-PAS iban por buen camino, hasta que apareció en el escenario el caso Lucero Sánchez, la diputada que llegó al Congreso apadrinada por panistas locales, hoy investigada por sus presuntos nexos con el Chapo Guzmán y cuyas secuelas han provocado la peor crisis en la historia del PAN, a tal grado que la dirigencia nacional decide quitar al actual comité directivo estatal y expulsar del partido a un diputado que ya había sido destituido como coordinador parlamentario por salir en defensa de la legisladora que está en la mira de la PGR .

Así las cosas, el partido que le daría la fuerza (y los votos) que le faltan a Héctor Melesio Cuén para ganar la gubernatura, hoy se ha convertido en un lastre para el dirigente del PAS, porque la crisis de la dirigencia panista está retrasando el proceso de selección de candidatos y le está metiendo bastante incertidumbre a los militantes y simpatizantes del PAS.

Algunos de sus más cercanos asesores le recomendaron que se retirara de la coalición para estar en condiciones de reorganizar su equipo y competir solo por el PAS, con lo que podría incluso convertir a este partido en la segunda fuerza política del estado, pero hay otros que le sugirieron esperar a que el PAN resuelva sus problemas internos.

Al parecer, Cuén se jugará su última carta porque decidió esperar.

Muy pronto se sabrá si tomó la mejor decisión.


GRAFITI

¿De dónde salió el rumor que circula en algunos círculos del PRI en el sentido de que la dirigencia nacional de ese partido está analizando la posibilidad de sustituir a Quirino Ordaz Coppel como precandidato a la gubernatura?

¿Acaso los autores de semejante intriga estarán en alguno de los partidos opositores al PRI, por aquello de que en la guerra y en las contiendas electorales todo se vale? ¿O de plano el “borrego” sería inventado por algunos de los ex aspirantes priistas a la gubernatura que hubieran quedado resentidos y que, por cierto, es hora que no aparecen en la precampaña del empresario mazatleco?

Hasta ahora, de los 10 que firmaron el pacto de unidad en el CEN del PRI, sólo se ha visto en eventos públicos a David López, Heriberto Galindo, Diva Gastélum, Óscar Lara y, aunque no participó en dicho pacto, Jesús Vizcarra.

Sergio Torres y Gerardo Vargas se justifican por su calidad de servidores públicos, pero, ¿y los demás?

¿Dónde están que no se ven Aarón Irízar, Daniel Amador y Alfredo Villegas? ¿Dónde dejaron guardadas su palabra y su firma?




Ancla 1
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