Por el arco
Primero panistas y luego pasistas comentaron con Altoparlante la violación de la ley por parte del PRI en el registro de la planilla por la presidencia municipal de Culiacán, encabezada por Jesús Valdés Palazuelos.
Se incluyó ahí como regidor suplente a Octavio López Valenzuela, quien hasta hace pocos días seguía laborando como un colaborador muy cercano del alcalde Sergio Torres Félix, cuando el plazo para renunciar a cargos públicos terminó el lunes 7 de marzo pasado.
Una suplencia de regidor pareciera ser un detalle pequeño del que ni deberíamos preocuparnos, pero cometeríamos un grave error al ignorar el evidente desprecio a la legalidad.
En el PAN no daban ayer muestras de que impugnarían la planilla tricolor o el caso particular de López Valenzuela, mientras que en el PAS el asunto fue turnado al área jurídica para valorar lo que se hará.
Hay testimonios de que Octavio López acompañó al alcalde Torres Félix en diversos actos, con las acostumbradas tareas a su responsabilidad.
Se cuenta con fotografías y con testimonios.
Presentar una impugnación ante la autoridad electoral enfrenta sin embargo dos dilemas a todas luces innegables.
Primero, que evidentemente el Partido Revolucionario Institucional y el ayuntamiento de Culiacán presentarán como “prueba” una renuncia firmada y aceptada en tiempo y forma, con la acotación de que si Octavio López fue visto en actos públicos del alcalde los días 7 de marzo y posteriores, se trató simplemente del uso de su libertad como ciudadano, del ejercicio de su garantía constitucional de libre tránsito.
Segundo dilema, vital, es que en Sinaloa tenemos autoridades electorales que ya demostraron una muy evidente parcialidad; representantes “populares” que se han vendido y que se seguirán vendiendo, y por más pruebas documentales que se presenten sus resoluciones han dicho y seguirán diciendo que el PRI actuó y actuará en estricto respeto a la normatividad.
De ese tamaño, por más que se ofendan algunos.
Hubiera sido muy fácil pedirle a López Valenzuela que presentara con tiempo su renuncia, pero en la costumbre de pasarse impunemente la ley por el arco del triunfo, no les ha importado ni les importará.
Si ése es el “nuevo PRI” que a cada rato nos presumen, hay que decirles otra vez que no tienen remedio.
Como me decía un buen amigo ayer en mensajes al celular:esto es un asco, todo lleno de caca pero por más que apesta y por más que se embarren nadie hace absolutamente nada para corregir.
Tanto dinero nos cuestan los partidos políticos, y tanto que se burlan a cada rato del pueblo.
Bueno, hasta de sus propios candidatos se mofan, imponiéndoles acompañantes en las listas de diputados o regidores.
A varios candidatos a presidentes municipales, por ejemplo, ni les avisaron quiénes serían sus regidores y hasta se encontraron que en caso de ganar tendrán un cabildo con gente que responde a los intereses del antecesor o de otro “distinguido” militante de su partido político.
Con el pretexto de la unidad, algunos se despacharon con la cuchara grande.
Y a varios candidatos los dejaron chiflando en la loma, curiosamente enfrentando problemas porque la unidad tan cantada brilla por su ausencia.