Una raya más
Amigos y colegas me comentan que en el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa más de uno de los “chacas” se ofenden porque en esta columna los señalemos como omisos o vendidos, o las dos cosas en su conjunto.
Tan sentidos ellos, que no saben cuánto nos mortifican.
Debe el columnista confesar que no conoce personalmente a uno solo de los altos mandos del IEES, y que las opiniones sobre ellos en este espacio vertidas son resultado únicamente de lo que vemos que hacen o dejan de hacer.
Si hasta cuando aceptan y reconocen públicamente que se ha violado la normatividad electoral terminan como los chinitos, nomás milando, menos podemos esperar cuando las ilegalidades son barnizadas con pretextos de legalidad.
No hay remedio, y por eso estamos pero bien jodidos.
El proceso electoral dejó ya pruebas suficientes de que las autoridades electorales están pintadas; o se vendieron, o esperan recompensas posteriores.
Para el caso es lo mismo, y lo más grave es que esto apenas comienza.
Las campañas formales arrancan el domingo venidero, 3 de abril, y terminarán el miércoles primero de junio; sesenta días en total.
Hay tiempo de sobra, pues, para que sigamos viendo ilegalidades y complicidades.
Por el camino andado, ha sido escasa --por no decir que inexistente-- la decencia de nuestros representantes electorales.
Mucho dinero cobran a costa de nuestros impuestos, para que con tan enorme desfachatez y con tanto cinismo eludan las delicadas responsabilidades que les fueron encomendadas.
Pendientes.
Capirotada mazatleca
Serios problemas debe tener el candidato priísta a la alcaldía del puerto donde se dan los hombres, Fernando Pucheta Sánchez, cuando en su planilla de regidores de mayoría lleva a la actual esposa Guadalupe Valle Sánchez y en la lista plurinominal a un hijo del candidato del Partido del Trabajo a una diputación local, Jorge Rodríguez Pazos.
Un “enemigo político” del PRI, poniendo en lugares importantes como candidatos tricolores a la esposa y al hijo, es un asunto que puso a hervir el ánimo de no pocos paisanos que sienten que su partido los traicionó.
Negociación evidente, en la que falta saber cuántos son los traidores.
¿Rodríguez Pasos llevará votos del PT al PRI en la votación para la alcaldía, y/o el PRI llevará votos para el PT en la elección para diputado a favor del candidato del Partido del Trabajo?
Con esos amigos para qué queremos enemigos, protestan con sobrada razón no pocos priístas.
Otro enredo es el que se tiene en cuanto a la candidatura directa de Pucheta, que fue registrado como abanderado por el PRI, el Partido Verde y el PANAL, pero resulta que lueguito el PVEM terminó saliéndose para registrar como abanderado propio a Eduardo Martínez López.
Recuérdese que en Mazatlán la primera fuerza política ha sido el Partido de Acción Nacional, y que las victorias priístas se han registrado por la suma de los votos del Verde.
Sin esos votos, Fernando Pucheta tendrá una contienda más complicada.
Quizás se atengan que en el PAN tampoco cantan mal las rancheras en cuanto a pleitos internos.