El secreto para vivir en abundancia.
En este planeta hay más alimento del que jamás podré comer, más dinero del que jamás podré gastar, más gente de la que jamás podré conocer, más amor del que jamás podré sentir. Este mundo tiene todo lo que necesito y deseo.
“Yo soy Abundancia” - www.prosperidaduniversal.org
Empezaré este #Encuentro contándoles un secreto. No he visto El secreto, la película, ni leído la obra. Sé que es un libro de superventas que luego de ser presentado en el show de Oprah, se popularizó a tal grado que pasó al cine y nos explica cómo el pensamiento positivo y afirmaciones igualmente entusiastas pueden modificar los resultados que estamos obteniendo en salud, riqueza, amor, felicidad.
Así que, pues, la historia sobre cómo hoy yo entiendo y experimento la abundancia en mi vida no, no va por ahí. Sin embargo, sí estoy segura que el cambio se dio cuando hice consciencia (me di cuenta) de las creencias que tenía sobre el dinero y cómo me relacionaba con él; relación que aprendí en casa, por supuesto. Y reitero lo que siempre, no es que lo que mis papás me enseñaron sobre la riqueza o los bienes materiales esté mal, es lo que ellos aprendieron, definieron para sus vidas, les funcionó a ellos, y está bien.
Fue hace unos dos años aproximadamente cuando me encontré con ese maravilloso Taller de Abundancia que imparte en el Instituto Shalom su directora, mi maestra Naytzé Ramírez. Por principio de cuentas, te abre a las muchas posibilidades que cada día se nos presentan para vivirla.
La abundancia no es sólo el dinero en mi cartera o en mi cuenta de banco sino en todo eso que tengo y que no cambiaría por dinero; la prosperidad no es sólo cuánto gano en mi trabajo o empresa sino cómo lo gano y cuál es el costo que estoy pagando (en mi familia, pareja, salud, amigos) por obtener esa cantidad. La riqueza no está sólo en lo que poseo materialmente sino en lo que doy a los demás, sin esperar nada a cambio; en cómo vivo física, emocional y espiritualmente, de qué están hechos mis pensamientos.
Lo que tengo no determina mi valor. Ni lo que no tengo determina mis capacidades. Pero sí es un indicativo de cómo estoy entendiendo y resolviendo mis necesidades y deseos. Para variar, mencionaré a mi amado Alejandro Jodorowsky (que, por cierto a sus 87 años de edad está en toda su plenitud de prosperidad y abundancia), quien asegura que cuando no te guste lo que estás recibiendo, revises qué es lo que tú estás dando: “Lo que das, te lo das; lo que no das, te lo quitas”.
Entonces, te empiezas a preguntar… en verdad, ¿soy generosa? ¿doy la propina con gusto y agradecimiento? ¿llevo algo cuando visito alguna casa a la que he sido invitada? ¿celebro con sinceridad los logros de otra gente? ¿qué tan fácil se me hace desprenderme de algo para ayudar, para compartir? ¿busco lo más económico cuando regalo? ¿cómo atiendo y trato a los demás? ¿doy mi tiempo o recursos a alguna buena causa? ¿me ha pesado regalarme algo lindo para mí?
El verdadero secreto de la abundancia es sentir, vivir, creer, entender que todo se me ha sido dado; que no carezco de nada, y que son mis pensamientos lo que me limitan o me impulsan a lograr eso que quiero. De acuerdo a Un Curso de Milagros, dar y recibir es exactamente lo mismo. Cada día intento tenerlo presente y vivirlo así.
Termino, contándoles otro secreto. Tampoco he leído los dos siguientes libros de Rhonda Byrne, “El poder” y “La magia”, pero estoy segura que mucho tienen que ver con dos palabritas poderosas y mágicas que re-aprendí en mi Taller de Abundancia, aunque ya las conocía, las practico desde un sentido mucho más profundo y consciente: Por favor y Gracias…
Desde que pido bajo la bendición de el favor inmerecido y agradezco de corazón todo (lo bueno y lo no tan bueno) que llega a mi vida: de una manera natural, fluida y casi casi espontánea… si es necesidad la cubro, y si es antojo, me lo cumplo.
Bendiciones para todo lo bueno y la abundancia que hay en ti, AR.