La violencia en Oaxaca: alerta nacional
Sin duda alguna la violencia que desde el 19 de junio se vive en el estado de Oaxaca debe ser una gran preocupación para la estabilidad y gobernabilidad del país. La información sobre el número de muertos y el modo en que fallecieron varía en función de la fuente. Algunos hablan de 8 muertos, otros de 10; asimismo, unos dicen que ninguno era maestro; y mientras la policía federal niega su responsabilidad en estos homicidios, los manifestantes explican que hubo insensibilidad y abuso de poder.
No obstante, lo único cierto es que de nuevo hay mexicanos que pierden la vida en actos represivos por parte del Estado mexicano. Se trata de otro agravio más, uno que se suma a las acciones violentas y sangrientas del actual régimen. Recordemos lo ocurrido el 30 de junio de 2014 en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, cuandounos militares ejecutaron a 22 personas en una bodega. En esta acción el informe oficial fue que los soldados solo repelieron la agresión.
Tres meses después, la noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, se atacó a un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y murieron 9 personas, pero además se dio la desaparición forzada de 43 estudiantes.
Con estos actos de violencia, el gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto no puede, ni podrá nunca quitarse el estigma de un gobierno represor, un gobierno con las manos manchadas de sangre. Mucho menos con lo ocurrido en el municipio de Nochixtlán, Oaxaca.
Como se sabe, un grupo de manifestantes obstruía vías de comunicaciónen protesta contra de la Reforma Educativa que se acordó en diciembre de 2013. Ahí, la intervención de elementos de la policía federal ocasionó la muerte de 8 oaxaqueños. Ya lo habíamos dicho antes: si no había capacidad de diálogo entre autoridades y maestros inconformes, habría actos de violencia y con ello la pérdida de vidas humanas. Por desgracia, ya ocurrió así.
También hemos sostenido que ninguna reforma constitucional debe poner en riesgo la estabilidad del país, y cuando alguna reforma aprobada y llevada a la práctica cobra vidas humanas, estamos en el camino de que se generalice la violencia y el desorden social. Por ello, advertimos que la violencia en Oaxaca es una alerta nacional.
Ante esta escalada de hechos, académicos, artistas, intelectuales y organismos de defensa de derechos humanos nacionales e internacionales se han manifestado en contra de la violencia que se vive en México, y acusan directamente al gobierno federal de esta política desatinada. Asimismo, exigen el diálogo y la improcedencia de algunas iniciativas y leyes.
En este marco, valoramos altamente la carta elaborada y publicada por alcaldes de Oaxaca, en donde se aprecia con bastante claridad y sencillez el reclamo y las peticiones. De ella, retomamos lo siguiente:
Nosotros los pueblos mixtecos […] seremos los últimos en aceptar la represión como forma de resolver los conflictos provocados […] por (aquellos) que nunca quieren ver la realidad que vivimos.
Hoy levantamos la voz con indignación ante la voz que sale desde la Secretaría de Educación Pública, institución que una y otra vez provoca, agrede (y) amenaza; (es) insensible, sorda ante el diálogo e incita al descontento y la rebelión.
¿De qué educación habla […] la reforma educativa? Si la reforma […] es represión, la repudiamos. Si la reforma educativa es sometimiento, no la queremos.
Si la reforma educativa es incapacidad de dar a los profesores oaxaqueños razones para crecer […] no sirve.
Si la reforma educativa rechaza el sentido comunitario, de consenso, de identidad, y nuestra cultura milenaria no se ve reflejada ni incluida, es una reforma para otro mundo, pero no para nuestros pueblos oaxaqueños, ni para el país.
Profesores, no estamos contra ustedes. Sin embargo, estamos ciertos (de) que la lucha por la justicia social no implica violencia, no significa paralizar y dañar a los transeúntes, a los campesinos, a los estudiantes. Los métodos que han utilizado no los compartimos porque ponen en peligro la vida de miles de ciudadanos.
Queremos profesores con compromiso. Queremos compromiso principalmente con los estudiantes y con los pueblos.
Por el bien de nuestros hijos e hijas, pedimos se sumen a nosotros para exigir al Presidente de la República y a los actores involucrados el cese de la represión en Oaxaca. Cese a la ola de violencia con este rostro (reciente), porque la (otra) violencia del abandono y la pobreza la vivimos a diario.
Exigimos (también) la destitución de Aurelio Nuño Mayer, que lejos de educar para el bien, ha generado muerte.
Queremos el camino de la concordia y la conciliación para construir una educación que permita la superación de los pueblos, una educación que fomente la paz y el diálogo para dirimir diferencias, una educación que forme hombres y mujeres capaces de transformar a este país que se quiebra en la pérdida de valores y en la vergüenza.
Hoy con más energía y más coraje gritamos una y mil veces la voz que marca nuestra esencia: el respeto al derecho ajeno es la paz, fruto de la justicia.
Como se puede ver, nada de lo anterior es para despreciarse; por el contrario, todo ello es para que sea retomado y considerado por quienes han actuado en los actos violentos del 19 de junio. Por mi parte, solo les agregaría lo siguiente: Autoridades, ustedes son las responsables de garantizar un estado de derecho a los mexicanos, por lo que esperamos que le pongan plazo a cada uno de los puntos planteados por los alcaldes de Oaxaca.
Gracias y que pasen un excelente fin de semana.