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Cadena de negligencias

El derrumbe en el acceso al hotel Tres Ríos, donde el pasado viernes murieron 5 albañiles y otros tres resultaron heridos, exhibe una serie de irregularidades que deben llamar la atención no solo del Gobierno municipal, sino del Gobierno estatal y dependencias federales como el IMSS y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

Por desgracia, como reza el dicho popular: “Tapan el hoyo después de ahogado el niño”.

El sábado, a menos de 24 horas del fatal accidente, el alcalde Sergio Torres reconoció públicamente que la obra colapsada no contaba con los permisos que se deben tramitar ante el área de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Municipio, para poder llevarse a cabo.

La sola aceptación del alcalde, por muy franca que ésta sea, es para encender los focos de alerta, porque quiere decir que alguien no hizo bien su trabajo o alguien solapó esa irregularidad.

Apenas acababan de retirar los cuerpos de los albañiles sepultados bajo toneladas de concreto, madera y varillas, cuando acudieron los inspectores del municipio a colocar los sellos de “CLAUSURADO” en la obra. Un hecho que llamaría a la risa y a la “guasa” si no se tratara de algo tan grave. Parece una broma de mal gusto colocar sellos en una obra que a todas luces estaba irregular, pero además solapada.

Esa obra de inició desde casi un mes o más, en el acceso a uno de los hoteles más conocidos de la ciudad y una de las rutas más transitadas.

¿Acaso ningún inspector la vio nunca?, ¿A ninguna autoridad se le ocurrió darse una vuelta por la obra y exigir los respectivos permisos?

Difícil creer que esto sea verdad, ya que si usted o el vecino de enfrente deciden ampliar la cochera o una recámara en su casa, es cuestión de horas para que le caiga un inspector con la respectiva llamada de atención y la multa por no contar con permiso.

El mismo alcalde reconoce que los encargados de la obra estaban tramitando apenas permiso para el enjarre de la barda, pero no tenían permiso para el arco de acceso, que fue el que se vino abajo el viernes, cuando aún con el fuerte aguacero que caía sobre la ciudad, decidieron echar el colado, precisamente por esa prisa de terminar una construcción que se hacía sin autorización oficial.

¿Cuántas obras más en esas condiciones se levantan en Culiacán o en otros municipios?, ¿Cuántas manos se “soban” para construir sin permiso y sin supervisión?

Sin duda es un tema en el que las autoridades deben ir a fondo y sin medias tintas, ya que en el caso del accidente en el hotel Tres Ríos hay al menos tres responsables directos de esa tragedia:


1.- El contratista de la obra por construir de manera furtiva y a las carreras para evadir a la autoridad.

2.- La gerencia o administración del hotel que no supervisó o solapó al contratista.

3.- Desarrollo Urbano e Inspección y Vigilancia del municipio por hacerse los disimulados y voltear para otro lado.



LIBRETA DE APUNTES


TAN LIMITADOS de recursos andan en el Gobierno estatal, que ya de plano cortaron cualquier apoyo a los niños del programa ASES, donde se desarrollan niños y niños sobresalientes en diversas ramas de la ciencia y otras ramas del conocimiento.


NAVOLATO Y GUASAVE son los dos de los municipios más endeudados del estado de acuerdo a la revisión de las cuentas públicas que ha hecho el Congreso. Tanto Miguel Calderón como Armando Leyson traen un desaseo bárbaro en sus administraciones. Pero sabe qué es más grave aún: ¡que andan como si nada!, muy quitados de la pena. Leyson incluso a dicho que le deberían de “agradecer” los guasavenses ya que las cosas podrían estar peor. Habíase visto semejante desfachatez.


Ancla 1
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