El homenaje de Colombia a víctimas de la tragedia que conmovió a Brasil y al mundo
Se debía jugar una final. Pero la visita no llegó. Anoche, en Medellín, los hinchas de Atlético Nacional repletaron el Atanasio Girardot para rendir homenaje a los futbolistas de Chapecoense fallecidos en el accidente aéreo que ha enlutado a todo el planeta.
"Los brasileros no olvidaremos jamás la forma como los colombianos sintieron como suyo el terrible desastre que interrumpió el sueño del heroíco equipo del Chapecoense, una historia de cuento de hadas con final de tragedia".
Fue parte del discurso del ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, José Serra. Palabras que pronunció con la voz entrecortada y conmovieron a los miles de asistentes que llenaron el Atanasio Girardot de Medellín en un homenaje que removió el sentimiento del mundo entero.
Porque como lo dijo el canciller, la tragedia no solo movió los corazones de los brasileros sino que trascendió fronteras.
El estadio estaba a reventar de ciudadanos de blanco, que junto a él lloraron el trágico descenlace que tuvo el equipo Chapecoense, los periodistas que viajaban con ellos y la tripulación boliviana.
Y es que en la noche del jueves, el imponente Atanasio Girardot de Medellín no se llenó para vibrar con la pasión innata del fútbol, sino para rendir tributo a las víctimas del accidente y expresarle a Brasil que después de la noche del 28 de noviembre, "una nueva familia nace", entre los dos países.
Así lo proclamaba uno de los carteles que los antioqueños exhibieron en las tribunas, acompañados de flores, velas y globos blancos, como muestra de solidaridad de los colombianos con Bolivia y Brasil.
La Policía tuvo que cerrar las puertas porque el estadio estaba copado por las más de 50 mil personas que llenaron las tribunas. La ola de oraciones y aplausos también se sentía a las afueras del Atanasio, donde otros miles de personas acompañaron la ceremonia.
"Vinimos a decir que los antioqueños estamos igual de tristes que los familiares y amigos de las víctimas, y que no los vamos a olvidar", dijo el gobernador de Antioquia, Luis Pérez.
El homenaje póstumo a las víctimas del Chapecoense fue tan sentido, que ni los presentadores del evento pudieron contener las lágrimas a la masiva expresión de solidaridad de niños, jóvenes y adultos en el estadio.
Los jugadores del Atlético Nacional arribaron al Atanasio a la hora en que se jugaría el partido con el Chapecoense, portando ramos con flores. El centro del campo fue bordeado por ramos blancos y una cinta negra, al lado de las banderas de Colombia y Brasil. Los hinchas, por su parte, tocaron los tambores con los que festejan los goles, pero esta vez sonaron para contarle al mundo que la pasión humana va mucho más allá del fútbol.
"Vinieron como guerreros y se fueron como leyendas", decían las camisetas de muchos jóvenes asistentes al estadio.
El sonido de los aplausos y el replicar de los tambores fue tan fuerte, que el homenaje se escuchó hasta Brasil, donde a través de redes sociales empezaron a surgir los mensajes de solidaridad, unión y apoyo entre ambos países.
"Hoy aprendimos mucho con el pueblo colombiano. La verdadera solidaridad. Desde las primeras horas de la tragedia nos respetaron y apoyaron. Siempre estuvieron con nosotros. ¡Gracias! Esperemos en este mundial de clubes para que el Atlético Nacional de Medellín haga una bonita historia", dice un post de la página de Facebook, Doentes por Futebol.