top of page

POSTS RECIENTES: 

SÍGUENOS:

  • Facebook Clean Grey
  • Twitter Clean Grey

Uniformes escolares, el tema donde no han hecho la tarea

Si algún programa o acción de gobierno puede ser rescatable de la administración malovista, es sin lugar a dudas el Programa de Uniformes y Útiles Escolare Gratuitos para alumnos de educación básica (preescolar y primaria, principalmente).

Lo que surgió como una atractiva propuesta de campaña o una ocurrencia populista de Mario López Valdez, se convirtió en un proyecto noble que con muchas dificultades, problemas y jaloneos, terminó por ser de gran ayuda para miles de familias de escasos recursos que recibían dos uniformes por alumno y sus respectivos paquetes de útiles escolares.

Poco a poco se fue consolidando una estructura de confección y distribución que al cerrar el sexenio, ya se podía presumir de una maquinaria bien aceitada, con más de 140 talleres de costura en todo el estado, que daban empleo directo a más de 2,500 personas, en su mayoría mujeres, sin contar los empleos indirectos que se generaban durante todo el proceso.

Esa era la esencia del proyecto: llevar uniformes gratis a los alumnos de escuelas públicas, pero también generar empleos principalmente entre mujeres jefas de familia.

Resulta preocupante, por decir lo menos, que los quirinistas no hayan definido desde antes de tomar las riendas de la administración, qué iban a hacer con este programa. Se les ve perdidos, erráticos y con declaraciones ambiguas que nada aclaran y sí confunden. Veamos.

Ya como Gobernador electo, Quirino Ordaz declaró públicamente que el programa de uniformes gratuitos se iba a conservar por tener un impacto social importante. No precisó cómo, pero afirmó que lo conservarían.

En diciembre, Carlos Ortega Carricarte, en su calidad de coordinador del equipo de transición de Quirino, declaró que el programa se conservaría, pero con ciertos ajustes porque según él, hay familias que sí pueden pagar por las prendas escolares de sus hijos y a su parecer, no merecen que se les regalen. De nuevo en la generalidad, no dijo cómo ni cuándo se iba a medir esto, si se haría por medio de un estudio socioeconómico o a través de otro método.

Pero resulta que ya estamos a mediados de marzo, ya han transcurrido dos meses y medio de que esta administración inició, y hasta el momento no hay nada definido en torno a los uniformes gratuitos.

Tuvieron que salir a hacer pública su inconformidad los y las dueñas de talleres de costura, para que el tema se pusiera sobre la mesa de discusión.

Es entonces cuando el secretario de Desarrollo Económico, Javier Lizárraga, reconoce que este programa ni siquiera fue considerado en el presupuesto estatal 2017, que solo hay 125 millones de pesos para micro y pequeñas empresas y que quizás de ahí se tomen recursos para sacarlo adelante.

El asunto aquí es que Lizárraga hace declaraciones huecas, pero no se compromete. Dice que sí habrá uniformes pero no para todos los alumnos. En el mismo sentido es la opinión de Quirino Ordaz en ese tema. Sí habrá uniformes pero sólo para los hijos de familias más vulnerables.

Y volvemos a lo mismo: No tienen números, no tienen cantidades exactas y ni siquiera dimensionan el tremendo problema que se les vendrá encima cuando quieran definir a quién sí le dan y a quién no.

No se dan cuenta tampoco que eso es discriminatorio y que cualquier padre de familia, sin mayor problema se puede inconformar y hasta promover una queja por esa discriminación de que será objeto.

Mientras Finanzas, Sedeco y SEPyC no han hecho la tarea en este tema, los talleres de costura y los centros de distribución están paralizados porque no se sabe ni siquiera de qué color y de qué tipo será la tela, tampoco el distintivo o logo de esta administración y peor aún, ni siquiera la cantidad de uniformes a elaborar.

Libreta de apuntes

DE LOS ÚTILES escolares ni hablar, esos ya no serán entregados, según ha trascendido en los pasillos de SEPyC y Sedeco. La explicación es simple: “No hay lana”.

MOLESTIA es la que reflejan algunos trabajadores del Ayuntamiento de Culiacán, quienes se quejan de que el alcalde Jesús Valdés, en un afán de hacer caravana con sombrero ajeno, comprometió a donar un millón de pesos a la Cruz Roja, pero para ello le descontarán un día de sueldo a los empleados. ¡Aguas!, alcalde, no es bueno comprometerse a costa del bolsillo ajeno.


Ancla 1
bottom of page