Fuego que exhibe deficiencias
Las siete horas que duraron las llamas en el centro comercial Mi Plaza Barrancos, en el sector sur de la ciudad, sirvieron para exhibir las graves deficiencias que existen en esta ciudad en materia de protección civil, así como las enormes carencias de equipo, maquinaria, herramientas, vehículos y personal en el Cuerpo de Bomberos.
Desde muy temprano se supo que el fuego empezaba a consumir esta plaza que hace poco fue inaugurada. Se dice que fue en la tienda Waldos donde un corto circuito propagó las llamas hacia el resto de los locales, dejando como resultado pérdidas materiales que superan los 200 millones de pesos, sin contar las decenas de personas que se quedarán desempleadas en tanto los comercios afectados no se recuperen. Por fortuna no hubo pérdidas humanas, tampoco lesionados, salvo los 13 elementos de Bomberos que tuvieron que ser atendidos por agotamiento y algunas lesiones leves.
El siniestro de este miércoles exhibió algo que ya se sabe: los cuerpos de rescate en Culiacán, especialmente los Bomberos, tienen serias carencias que no han sido resueltas por más administraciones municipales y estatales que lleguen, y por más protestas que se hagan ante el Congreso. El incendio en Mi Plaza Barrancos no fue mucho más grave solo porque ocurrió antes de que los locales comerciales abrieran al público, de lo contrario, quién sabe cuál sería el saldo en estos momentos.
Quedaron al descubierto deficiencias tan básicas como la falta de combustible para los vehículos de bomberos, la falta de más pipas para llevar agua y una que es de primaria: los hidrantes cercanos a la plaza en llamas, no funcionaban o no estaban conectados a la red de agua potable.
El resultado ya lo sabemos: los bomberos perdieron minutos valiosos por falta de agua, sin contar que requirieron del apoyo de los bomberos de Guamúchil, Navolato, personal de empresas privadas, de Pemex y del mismo Ejército.
Surgen muchas dudas, muchas preguntas que la autoridad no ha sabido o no ha podido responder.
PRIMERO.- ¿Quién revisa o inspecciona que los hidrantes en la ciudad estén en buen estado? ¿Cómo es que se autorizan obras sin estas medidas básicas de seguridad?
SEGUNDO: ¿Se tomará en serio ahora sí la demanda de los Bomberos o se le seguirá viendo como un grupo de voluntarios bien intencionados y pintorescos?, ¿se dará al menos lectura a la iniciativa de Ley para que los Bomberos pasen a ser una corporación con presupuesto oficial y con un marco jurídico que le permita tener acceso a mejores recursos, equipamiento y prestaciones para su personal?
TERCER0: ¿Hasta cuándo se dejará de improvisar y se dejará de ver la Protección Civil como un tema ligero y “para la foto”, donde se coloca a personas sin conocimientos de la materia y sin pasar por una rigurosa revisión?
CUARTO.- ¿Quién audita al Patronato de Bomberos para saber en qué se gasta o se invierte cada peso que llega de donaciones y de los dos pesos que se descuentan de los recibos de agua potable?
QUINTO.- ¿Qué va a pasar cuando se llegue a incendiar un hotel, o un edificio de departamentos de más de 10 ó 12 pisos como los que ya han construido en el Desarrollo Urbano Tres Ríos? Si en la plaza Barrancos, que es de un solo nivel, las cosas se salieron de control, no me puedo imaginar un siniestro en un edificio más alto y más grande.
SEXTO.- ¿No le dará “penita” al Gobernador, al alcalde, a los diputados, a los empresarios y agricultores que en la capital del estado, una ciudad que se presume moderna y progresista, tengamos un cuerpo de Bomberos que se mantiene de la caridad de sus homólogos de Estados Unidos y de andar boteando en los cruceros?
Libreta de apuntes
Mención aparte, muy aparte, merece el desempeño de los voluntarios de Bomberos, quienes al mando del comandante Adán Sinagawa, se la partieron durante siete horas para aplacar las llamas del centro comercial, a pesar de las limitaciones y a pesar del enorme riesgo que implica lidiar con un siniestro de esta magnitud.
Un reconocimiento desde acá para esos héroes anónimos que se juegan la vida (Ah!, y no cobran viáticos, bonos ni vales de gasolina…)