Primero, el respeto legal
Por fin, una buena noticia, o eso esperamos: llegaron ayer 450 elementos del Ejército y de la Marina, para reforzar la lucha contra la violencia y la delincuencia en Sinaloa.
Muchos problemas tenemos en la entidad, y el principal es indudablemente el de la inseguridad, con incrementos preocupantes en diferentes manifestaciones delictivas.
Nuestras policías, bien lo sabemos, no cuentan con la capacidad necesaria para hacer frente a las mafias organizadas; éstas están mejor armadas y cuentan a su favor siempre con el factor sorpresa.
Por eso nos resulta indispensable el respaldo decidido de las fuerzas armadas, pues militares y marinos sí cuentan con el equipamiento necesario para enfrentar a los muy bien armados delincuentes.
Llegarán más refuerzos hasta llegar al millar, nos informan, como parte del compromiso hecho aquí el lunes pasado por el propio Secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda.
Por supuesto, hay que advertir que para nada es una tarea fácil.
Se requiere no solamente de una presencia más fuerte en número de elementos y equipo tanto técnico como táctico, sino además de acciones de inteligencia que permitan no solamente prevenir posibles hechos delictivos y que identifiquen las guaridas de los malandrines.
Veremos sin duda una mayor presencia de militares y marinos en nuestras calles, y aquí viene otra vez de aparente aguafiestas el columnista para advertir que el gobernador Quirino Ordaz Coppel, los presidentes municipales, diputados locales, Comisión Estatal de Derechos Humanos y todos los que en Sinaloa vivimos tenemos que estar vigilantes del accionar de quienes por desgracia han cometido no pocos excesos en el ejercicio del poder.
Que se aplique la ley con rigor, sí, pero con estricto respeto a lo que las mismas leyes establecen, a nuestras libertades, a las garantías constitucionales.
Sinaloa no es tierra de conquista, ni puede ser escenario de prueba para que el Ejército y la Marina apliquen a nivel nacional esos protocolos que suelen violentar la legalidad.
Pendientes, pues.
REDUCCIÓN APROBADA
En medio de una polémica aparentemente estéril, el Congreso del Estado aprobó ayer la reforma legal que disminuye el número de regidores y de diputados locales, aplicables respectivamente para los procesos electorales con votaciones en el 2018 y 2021.
Treinta y cinco votos a favor, incluyendo los priístas, panistas y pasistas, con tres en contra, dos de Morena y uno del PRD.
Independientemente de las controversias respecto de la legalidad en el proceso y de los potenciales recursos de impugnación, hay que reconocer que se trata de una reforma que se identifica con lo que el pueblo reclama.
Nuestros supuestos representantes populares en los cabildos y en la cámara local no han servido de mucho, con las naturales y gratificantes excepciones.
A lo que sigue, pues.
No ma… no, no
Muchas tontejadas le hemos visto al presidente Enrique Peña Nieto, pero como dicen los chavos ayer sí que se pasó.
Vean ustedes parte de su discurso de este martes, durante una reunión con miembros de las fuerzas armadas:
“Quienes les digan que vivimos en un país que está en crisis, crisis es seguramente lo que pueden tener en sus mentes; porque no es lo que está pasando”.
Y para según él demostrar que vivimos en Peñalandia, dijo que muchos mexicanos radicados en Estados Unidos prefieren regresar a México… ¡porque aquí sí hay empleos!
Tiemblan Polo Polo, Jojojorge Falcón y Donald Trump.
Habría que decirle además a Peña Nieto que, contrario a lo que dicen las manipuladas estadísticas oficiales, una vueltecita por el mercado o el súper demuestra muy fácilmente cómo han subido casi todos los precios, en porcentajes mucho mayores a los reconocidos.
Y que aproveche para ir a la farmacia, para comprar y consumir Desapendejol.
Claro que tampoco es gripe.