Que así sigan
Se están poniendo las pilas las diferentes corporaciones policiales y militares en Sinaloa, y los resultados que comenzamos a ver alientan expectativas mejores para todos.
Cuestionamos en Altoparlante que ante reportes de hechos delictivos los militares, marinos y policías terminaban apareciendo horas después en el lugar de los hechos, como si se movieran en carretas, pero ahora la respuesta es casi inmediata, conforme las condiciones lo permiten.
Ahí están, como ejemplo, los sucesos de hace unos días en la colonia López Mateos, el levantamiento de una persona en el conjunto Cinépolis, y los asesinatos y enfrentamientos en el municipio de la Cruz.
Llegaron rápido las fuerzas de seguridad, en dos de esos casos con detenidos.
Por supuesto, los malandrines siempre tienen y seguirán teniendo la ventaja del factor sorpresa a su favor; ellos deciden el lugar y la hora en que cometerán sus ilícitos, y nunca contaremos con policías suficientes para salvaguardar la totalidad del territorio del estado y la república.
Hay que reconocer, porque es justo, que el tiempo de respuesta a la denuncia de un hecho delictivo ha mejorado de manera notable, porque con ello se incrementan notablemente las posibilidades de esclarecer o castigar a los delincuentes.
Seguramente que los malosos se están dando cuenta de que las cosas no son iguales a las de hace apenas unas semanas, y que existe una autoridad dispuesta a enfrentarlos en tiempo y en forma.
Esperemos que las cosas continúen así, y que los resultados mejoren.
Nos urge.
La controversia gremial
Como se había prometido, el Partido Sinaloense retiró en el Congreso del Estado la iniciativa de reformas que buscaba definir en el código familiar los castigos a quienes causen daño moral con las publicaciones periodísticas.
Reiteramos que hemos escuchado opiniones diversas por parte de compañeros comunicadores frente a este intento, desde quienes condenan duramente cualquier intento por limitar el ejercicio de la libertad de expresión hasta quienes en sentido contrario advierten que debemos de ser autocríticos y reconocer que se cometen excesos.
El whatsapp grupal de la Asociación de Periodistas de Sinaloa recibió ayer, otra vez, expresiones en ambos sentidos.
Unos del lado de quienes refieren que se intenta otra ley mordaza, y otros que la respaldan y definen como ley antidifamación.
Expresiones diversas, según la postura de cada quién: “mis derechos terminan donde comienzan los tuyos”; “no hay límites a la libertad de expresión; hay que ser autocríticos”; “me preocupa quién sería el encargado de la inquisición”; “libertad de expresión para todos. Con sus pros y contras, hay límites”.
Este próximo sábado, en las instalaciones de la APS tendremos un diálogo con Héctor Melesio Cuén Ojeda y la gente del PAS, con el propósito de ampliar el intercambio de puntos de vista respecto de este tan polémico asunto.
De manera personal, reiteraré ahí a la gente del PAS mi recomendación de que con razón o sin ella no debe promoverse ninguna acción que pueda atentar en contra de la libertad de expresión y el derecho a la información.
Por desgracia, la procuración y administración de justicia presenta una gran cantidad de vicios, con fiscales y jueces operando muchas veces en apego a la conveniencia política, por encima de lo que nuestras leyes mandatan.
Claro, es ésta una opinión personal y no institucional; hay otras, parecidas y hasta divergentes que seguramente se expondrán en esta reunión.
Pendientes.