PRI: Operación 010718
El choque
Primera de dos partes
En 2018 en el país se dará el relevo de todo el gobierno de la república en sus tres poderes, habrá elecciones locales en treinta estados del país (sólo en Baja California y en Nayarit no habrá). Se elegirán nueve gobernadores y en resumen serán electos 3,447 cargos de elección popular, lo que sin duda convierte a esta coyuntura electoral en la más importante y trascendente del país de los últimos treinta años, tanto porque jamás se había dado tal concurrencia electoral entre elecciones federales y locales, como por los niveles a los que estamos llegando en las disputas políticas en el país.
A esta elección, como en 1988, estamos llegando con una confrontación de grupos de poder político y económico, donde por un lado se ubica el poder presidencial y todo lo que representa, mientras que por el otro lado están quiénes han regido la vida económica y política del país, por lo menos desde 1991 a la fecha cuando se vendió TELMEX en 490 millones de dólares a Carlos Slim cuando esta empresa valía, según el mercado internacional de entonces, 7,500 millones de dólares, dando origen así al poder económico más grande de México representado por el grupo CARSO y personificado por Carlos Slim, grupo que se enfrenta al poder presidencial a partir de la reforma de telecomunicaciones, que le quitó a TELMEX y a Slim el control absoluto de la telefonía y el mercado en México, lo que le produjo de facto una pérdida de 30 mil millones de dólares en sus empresas de telecomunicaciones.
La disputa por mantener o modificar las reformas estructurales es lo que estará en juego y se decidirá en las próximas elecciones. Es muy parecida a la disyuntiva que se vio en 1998 cuando se disputó si se mantenía el Estado mexicano con sus mecanismos de regulación y control del desarrollo nacional o se privatizaba. Ahora ya conocemos los resultados y el desenlace: ganó Carlos Salinas con el robo electoral histórico a Cárdenas y en los seis años de su gobierno se vendieron 1,020 empresas del Estado, se privatizó el campo y se abrieron las fronteras a todos los productos estadounidenses prácticamente con cero aranceles.
Para llegar a aquella disputa de 1988, desde fines de los años 70´s se fue creando un bloque de poder que integraban el grupo Monterrey, el PAN (con todo lo que representaba), las cúpulas empresariales como COPARMEX, CANACINTRA Y CONCANACO, a las empresas TELEVISA Y TV AZTECA (los gigantes de la televisión), así como el SNTE, grupo que armó el fraude electoral más escandaloso de la historia de nuestro país y respaldó con todo las tropelías políticas y económicas del salinato.
Hoy este grupo, afectado por las reformas estructurales, como la fiscal, la de telecomunicaciones, la de educación y la energética sobre todo, han reaccionado con tal virulencia que hasta han llegado a la pretensión de tumbar el gobierno de Peña Nieto con una campaña inédita en la radio, televisión e internet, al extremo de producir millones de programas y notas periodísticas en contra de estas reformas además de llevar a cabo una guerra cibernética con más de 100 millones de tweets diarios en la red en contra del presidente Peña Nieto y particularmente el PRD por su participación en el Pacto por México.
Este grupo también ha venido proyectando alternativas políticas de gobierno con apoyos a AMLO (más de 800 mil notas en televisión durante un año) y al PAN con los apoyos que le proporcionó en las campañas electorales en los estados el 2016 cuando el PAN ganó 7 de las 10 gubernaturas.
Además de las reformas estructurales otro revés que se le debe sumar a este grupo ha sido el triunfo del republicano Donald Trump en las elecciones de los Estados Unidos, cuando se inmiscuyeron abiertamente en una campaña internacional en su contra provocando en México que todos los partidos políticos, los senadores y los diputados federales hicieran campaña, aquí y allá, a favor de Hillary Clinton inmiscuyéndose así en las elecciones de los Estados Unidos, teniendo como bandera una campaña de “indignación nacional” contra Trump por su xenofobia y cinismo político, pero ni con eso se impidió el triunfo del frenético republicano.
Este triunfo electoral de Trump significó también otra derrota del grupo que encabeza Slim y que lo ha debilitado no sólo a nivel nacional sino a nivel internacional y que seguramente cargará en la coyuntura del 2018 los costos de esta pugna, cuestión que no augura nada bueno para nuestro país porque lo que parecía una tregua de enero a mayo, hoy en vísperas de las elecciones del próximo domingo 3 de junio, la reyerta se ha reactivado con redoblados esfuerzos que pretenderán explotar particularmente en el Estado de México buscando quizá su recuperación con un triunfo de Morena en la tierra del presidente y así la mayor derrota del PRI.