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Plantea diputado iniciativa para castigar a quienes hablen mal de su cónyuge


En Sinaloa se busca castigar al padre cuando hable mal de la madre a su hijo o viceversa, ya que con esto buscan destruir los vínculos de afecto.


Así en protección a los derechos de las y los niños sinaloenses, el diputado local Misael Sánchez Sánchez, del Partido Verde Ecologista de México, presentó una iniciativa a favor de un desarrollo sano e integral de los infantes, al tipificar como violencia familiar cuando un padre habla de manera negativa a su hijo de su madre o viceversa.


El fenómeno antes citado se presenta principalmente durante los trámites del divorcio, resultando los hijos como mayormente afectados por la separación del matrimonio al verse envueltos en una lucha por la custodia del menor.


En este proceso, la disolución del matrimonio viene acompañada de chantajes emocionales de algunos padres hacia sus hijos, dañando la imagen que tienen del otro progenitor y causando con esto un severo daño psicológico y una figura de desapego con sus padres o sus abuelos.


Dicha conducta por parte de los progenitores es llamada por los especialistas Alienación Parental y se pide que sea considerada en el artículo 232 bis del Código Familiar del Estado de Sinaloa:


“También comete violencia familiar el elemento de la familia que transforma la conciencia de un menor de edad con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir los vínculos con uno de sus progenitores o abuelos”.


Como consecuencia de dicha conducta se cita que:


“Se suspenderá la patria potestad del menor, el régimen de visitas y de convivencias que en su caso tengan decretado. Asimismo pasará la guardia y custodia del menor al otro padre o abuelo”.


El Síndrome de Alienación Parental o SAP es un conjunto de síntomas, que se produce en los hijos, cuando un progenitor, mediante distintas estrategias, transforma la conciencia de los niños con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor.


Este proceso se reconoce como una dinámica en algunas familias divorciadas. Sin embargo, la existencia de este síndrome no ha sido aceptada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por la Asociación Americana de Psiquiatría, de momento.


Habitualmente, este fenómeno está desencadenado por uno de los progenitores respecto al otro, tras un proceso de divorcio o separación. También puede estar provocado por una persona distinta del custodio del menor (la nueva pareja, uno de los abuelos, un tío, etc). Incluso, se han observado casos dentro de parejas que mantienen su vínculo, aunque son menos frecuentes.


Ancla 1
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