Cobro de piso
Una modalidad delincuencial no muy usada o poco conocida cobra vigencia en Sinaloa: el cobro de piso a empresarios, que pagan una cuota semanal o mensual, o sufren las consecuencias.
Le sucedió a Ruay Alberto Díaz Meza, recientemente asesinado; tres veces lo visitaron en una moto, exigiéndole 20 mil pesos semanales para dejarlo trabajar, y se negó.
Nos informan que por los rumbos de “El Diez”, salida sur de la ciudad de Culiacán, son varios los empresarios extorsionados; el homicidio del empresario Díaz Meza habría servido no solamente como represalia en contra suya, sino también como aviso para los demás.
Obviaría decir que los extorsionados temen denunciar los hechos ante la autoridad, por la simple y sencilla razón de que no ven a un gobierno capaz de enfrentar a los malandrines.
Estamos por cumplir seis meses de gobierno, con la inseguridad y la violencia a niveles de hartazgo social.
Emboscaron ayer a dos policías, con un comandante muerto y su acompañante gravemente herido; los delincuentes vuelven a retar a nuestras instituciones, que parecen pintadas.
Es duro, pero verdadero: estamos prácticamente a merced de los malos, que asesinan, secuestran, roban, extorsionan y hacen de las suyas aquí, allá y acullá, a cualquier hora del día.
Muchas voces han reclamado la urgencia de hacer algo distinto en nuestros gobiernos federales, estatales y municipales, en virtud de los muy escasos resultados positivos.
Pero nada parece cambiar; como si ni les mortificara.
Sí, han quitado a varios secretarios y directores de seguridad pública municipales, pero para ponerlos en un ayuntamiento distinto; el gatopardismo a todo lo que da.
Hay que invertir, pero ya, en un mejor salario para nuestros policías; en su capacitación y en el equipamiento tanto de armas como de balas, vehículos y hasta gasolina.
En ocasiones, sépalo usted, dejan paradas algunas patrullas porque ni para comprar el combustible les dan.
Y así no se puede, porque los malosos andan con todo; en ellos no se ve la crisis.
Cámbiese lo que se tenga que cambiar; queremos soluciones, porque de pretextos estamos cansados.
Pleito tricolor
La elección del 2018 en Sinaloa pinta para el Partido Revolucionario Institucional un escenario que por ahora resulta impredecible, en virtud de los ánimos de confrontación por algunos de los grupos de poder.
En unos casos, la simple y natural disputa por las candidaturas, y en otros los puros ánimos de venganza; además de los que van en los dos, claro.
Del otro lado, quienes advierten que el horno no está para bollos, y que, si en unidad la elección va a estar complicada, una ruptura puede ponerla en estado de casi segura derrota.
El problema son el montón de “generales” que se sienten cada uno de ellos la última Michelob Ultra del planeta; o lo que es lo mismo, ni yendo solo le alcanzan al PRI los cargos para repartir, menos en alianzas con los demás grupos tricolores o con otros partidos políticos.