Plop
Tuvimos por momentos la esperanza de algún anuncio espectacular, pero no llegó.
Se trató simplemente, lo que tampoco es cosa común, de una reunión de evaluación del consejo nacional de seguridad.
El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, presidió ayer en Culiacán este evento, al término del cual se reconoció un incremento de los índices delictivos en la entidad, con el compromiso de intensificar los esfuerzos en busca de la seguridad pública y justicia que reclamamos.
Sin ningún detalle de lo que se hará, lo que nos suena a que seguiremos en las mismas, o casi.
Un grupo de periodistas reclamó en esa conferencia de prensa que se castigue a los asesinos de Javier Valdez, sobre lo que se dijo hay varias líneas de investigación para dar con los responsables tanto materiales como intelectuales, y que por razones de legalidad no se pueden puntualizar.
Porque realmente así es esto, por más que por momentos se exijan informes sobre las investigaciones y avances del caso.
Pareciera que nos quedamos como Condorito, pero debemos admitir que son muchas las ganas que tenemos de equivocarnos.
Ojalá que no haya sido solamente una reunión de evaluación, y que además de ello acordaron medidas adicionales o diferentes, bien sabido por todos que lo que ahora se hace está muy lejos de dar buenos resultados.
No hay mucho de qué presumir con lo anunciado ayer, pero tampoco perdamos la esperanza de que nos sorprendan; o, mejor dicho, que sorprendan a los delincuentes.
Se va a saber.
LA CIA AZTECA
Vaya revuelo que causó la “noticia” del periódico gringo The New York Times sobre presuntas labores de espionaje por parte del gobierno mexicano.
De llamar la atención que la misma nota informativa advierta que ninguna prueba hay sobre lo referido, y por lo mismo ya no sabe uno si ponerse a reír o a llorar.
Por supuesto, el gobierno federal aseguró que es una noticia falsa; que ellos tienen un respeto muy estricto a la privacidad de los demás; que nunca han espiado a nadie, ni lo volverán a hacer.
Como es obvio, la nota casi cómica –por la curiosa advertencia de que ninguna prueba hay de lo que se dice– generó en algunos sectores casi un ambiente de linchamiento en contra del negro de la feria en que se ha convertido el residente oficial de Los Pinos.
Pero resulta que los espionajes para nada son novedad; ni siquiera se necesitan tecnologías tan costosas como las que la “noticia” señala.
Hay que ver simplemente las numerosas conversaciones grabadas que se han hecho públicas en las redes sociales y en YouTube.
Algunos de los balconeados no pagan una inversión de tantos miles de dólares.
No es pues tan difícil grabar nuestras conversaciones privadas.
Así que calladitos nos vemos más bonitos.