El ISSSTEESIN y el profe Daniel

Durante muchos años los contrastes salariales entre los maestros estatales y federales fueron insultantes. Los profesores estatales eran el patito feo de la educación, porque no se aplicaba el principio constitucional y laboral que indica que “para trabajo igual debe corresponder salario igual”.

Agrupados en la sección 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, los maestros estatales de Sinaloa tuvieron que librar batallas históricas para lograr mejores percepciones salariales y tardaron muchos años en igualarse con los maestros federales.

Hoy, la situación es a la inversa, pero no para los auténticos maestros, sino para los líderes de la sección sindical, sus familiares, compadres y amigos cercanos, leales e incondicionales.

Para atender las demandas del magisterio estatal, en la década de los 70, los gobiernos de los estados crearon institutos semejantes al Issste federal. Así nacieron el Isssteesin en Sinaloa, el Isssteson en Sonora, Issstecali en Baja California, etc.

Estos organismos se instituyeron, como apuntamos antes, con un claro objetivo: compensar los rezagos en materia de prestaciones sociales que los maestros estatales tenían, con relación a los profesores del sistema federal.

De esta manera, los profesores al servicio del Estado también tendrían acceso a créditos hipotecarios, préstamos personales, atención médica, alimentos, muebles y otros artículos a precios accesibles (Tiendas Isssteesin).

En Sinaloa se creó el Isssteesin, institución que presumía un diseño y visión envidiables. Su arranque fue exitoso, su crecimiento fue sostenido y ordenado. El organismo contaba con solvencia moral y financiera, por lo que rápidamente logró su consolidación y así se mantuvo hasta finales de los 80, cuando el Gobierno del Estado cedió a las presiones de los liderazgos y los chantajes de los caciques del sindicato y les dio el monopolio de la gestión y la propiedad de las plazas docentes a niveles inconcebibles.

Ciertamente, habrá quienes señalen que el Isssteesin fue una fuente de recursos que sirvió para consolidar los cacicazgos sindicales, lo cual se dio de manera natural por las gestiones que éstos hacían a favor de los maestros, pero cuando decidieron apoderarse de la institución, en la administración del gobernador Francisco Labastida, lo lograron sin mayor problema, porque el mochitense llegó a Sinaloa totalmente huérfano de alianzas con grupos locales, por lo que tuvo que conceder espacios de poder a quienes representaban fuerzas políticas importantes.

Como parte de las negociaciones, Labastida cedió el Isssteesin. En principio, con Juan Rodolfo López Monroy a la cabeza de la sección 53, un líder que en ese tiempo solo tenía horca, pero luego llegaría, con horca y cuchillo, Daniel Amador (el Profe Daniel), para establecer un férreo control del organismo, el cual se mantiene hasta la fecha.

La debacle del Issstesin inició en el siguiente sexenio, con el gobernador Renato Vega (1992-1998) y con Gerónimo Martínez García como secretario de Educación Pública y Cultura (Sepyc), porque fue en ese período cuando la dirigencia sindical no sólo se apoderó del Isssteesin, sino también del control total de la Sepyc.

El manejo discrecional de los recursos del instituto, los préstamos personales y las megapensiones asignadas a los familiares, amigos y compadres del Profe Daniel, llevaron al organismo a una insostenible situación financiera.

Así, el Isssteesin dejó de construir casas, quebraron las tiendas de autoservicio y mueblerías, se redujeron sus ingresos y sólo se quedó con la facultad de otorgar préstamos a corto plazo, que también fueron manipulados por la dirigencia sindical para el control y consolidación del cacicazgo del profe Daniel.

Las megapensiones, como la que mensualmente cobra el ex dirigente sindical y actualmente diputado local, Silvino Zavala, tienen todo el tufo de la ilegalidad, porque fueron asignadas por los mismos líderes del sindicato, e incluso hay algunos que se sirvieron con la cuchara grande y se autopensionaron cotizando un sueldo alto como directores.

Ahora bien, además de las jugosas pensiones que reciben, muchos de ellos están ocupando cargos públicos también con generosos salarios. Ahí están, sólo por citar algunos ejemplos, el propio Silvino Zavala, pensionado con 93 mil 500 pesos mensuales y un sueldo de 120 mil pesos como diputado local; Lourdes Sarabia, pensionada con 87 mil pesos y actualmente cobra como Síndica Procuradora del Ayuntamiento de Mazatlán; Oscar Octavio Beltrán Ruiz, pensionado con 52 mil pesos mensuales y actualmente en la nómina del sistema Cobaes como Coordinador Ejecutivo de la Zona 02 en Guasave; Lorena Álvarez Gámez, pensionada con 50 mil pesos mensuales y también se mantiene en el presupuesto del Gobierno del Estado como Directora de la Administración de la Beneficencia Pública, área que depende de la Secretaría de Salud.

El movimiento de la disidencia sindical denominado “Somos más que 53”, señala que por estos y muchos otros casos más que demuestran el manejo abusivo e irresponsable de los recursos aportados por los maestros, el Isssteesin está en quiebra, y no le falta razón.

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Lo incongruente y lo inmoral… Si la dirigencia sindical sabe que el Issstesin está en quiebra, ¿porque no da la cara y asume su responsabilidad para darle viabilidad y salvar a la institución?

El organismo está a punto de tronar, el gobernador Quirino Ordaz ha dicho en varias ocasiones que en cualquier momento el Estado no tendrá recursos para pagar las pensiones, como ya ha ocurrido con algunos retrasos en gobiernos anteriores.

Por ello, es indispensable que el gobierno recupere el control del Isssteesin y se aplique una auditoría integral, que incluya una contraloría social con la participación de una representación de los maestros y pensionados que han denunciado los malos manejos del organismo.

Por otra parte, está claro que el ciclo de Daniel Amador ya se cumplió. Así lo demuestra la fuerza que ha tomado el movimiento disidente “Somos más que 53”, el cual tiene una base magisterial auténtica, y no solo eso, sino que, aun con el miedo que tienen a sufrir represalias, muchos maestros se están rebelando, e incluso entre los cercanos a la dirigencia formal hay un secreto a voces de que esto ya no da para más.

¿La salida? La única viable, para que los maestros vuelvan a la tranquilidad, es renovando la dirigencia sindical, pero con el voto libre y directo de los maestros. Si en el Stase se pudo, ¿Por qué no en el Snte 53?