Títeres electorales
A mediados del pasado mes, el Instituto Estatal Electoral de Sinaloa aprobó por unanimidad de votos la creación del Partido Independiente de Sinaloa.
Aprobación sospechosa del nuevo partido, toda vez que no se cumplió con los requisitos establecidos en la normatividad, con el 31 de julio como plazo para corregir las omisiones.
Además de esos incumplimientos, se encontraron “errores técnicos” en los manejos financieros por parte de la organización promotora de ese partido político, por lo que el órgano electoral acordó una sanción de 33 mil pesos.
Inevitable nos resulta advertir tanta benevolencia por parte de los consejeros electorales de Sinaloa, que votaron unánimemente por la creación del nuevo partido político no obstante el incumplimiento en los requisitos y los errores financieros señalados.
La duda sobre las motivaciones crece si tomamos en cuenta que las siglas y colores del PAIS tienen una muy importante semejanza con el PAS.
Demasiados puntos de controversia, para pensar en simples casualidades.
Tendríamos que ser muy ingenuos para creer que esa suma de benevolencias y concesiones por parte del órgano electoral resulta de la simple intención de fomentar una mayor competencia democrática en Sinaloa.
La lógica más elemental nos lleva a la inevitable conclusión de que el IEES juega como cómplice de una maniobra disfrazada de legalidad, pero evidentemente dirigida en contra del Partido Sinaloense.
Consejeros electorales títeres que de manera desvergonzada y complaciente obedecen instrucciones del titiritero o los titiriteros.
Tan sentidos que son algunos de esos funcionarios del IEES, se dirán ofendidos y casi a punto de interponer una demanda por difamación y calumnias.
Independientemente de ello, hay que reiterar que lo que de verdad ofende es que nos quieran ver la cara y que nos traten como retrasados mentales.
No hay peores pendejos que aquellos que creen que los demás no somos capaces de descubrir sus pendejadas.
ACLARANDO AMANECEMOS
Diputados del PRI y del PAS nos dicen que hay confusiones en quienes se oponen a la controvertida reforma constitucional que estaría a punto de votarse en el Congreso del Estado sobre la revisión y aprobación de las cuentas públicas.
Suponiendo sin conceder, surge inevitable la pregunta de por qué nadie nos dice bien en qué consisten las alegadas confusiones.
La mula no era arisca, pero la hicieron, y por eso la percepción social inevitable es que dicho proyecto de ley conlleva intereses y motivaciones políticas que se contradicen con la transparencia y las cuentas claras, tan prometidas y a veces tan presumidas.
Acuérdense del sabio proverbio popular aquél de que no hagan cosas buenas que parezcan malas, sin que pretendamos que sea éste un caso así.
Deben aclarar puntualmente en qué radica la reforma legal, y el fondo de la misma.
Este asunto puede resolverse en la sesión legislativa de mañana martes, y mandarían otra pésima señal si la imposición de la mayoría se da sin los obligados razonamientos.
Particularmente, si como nos aseguran hay quienes están viendo cosas inexistentes.
Pendientes.