Reverseando

Otro rotundo fracaso en el Congreso del Estado.

Ayer se eliminó del orden del día de la sesión legislativa la segunda lectura de dictamen y discusión de la iniciativa de reformas constitucionales que quitaba al poder legislativo la facultad de discutir, aprobar o rechazar las cuentas públicas.

Se pretendía que las cuentas fueran revisadas sólo por la Auditoría Superior del Estado y la Comisión de Fiscalización de la cámara local, en lo oscurito.

En nuestros más de 35 años como periodista, nunca nos había tocado ver una mayoría legislativa tan llena de fracasos como la actual.

Ni siquiera en los no tan lejanos años cuando tenían mayoría indiscutible se intentaron reformas que en el mejor de los casos se consideran “políticamente incorrectas”, por no llamarlas absurdas o abiertamente improcedentes.

Se nos dijo ayer que ese proyecto de ley no está descartado, porque se consultaría a los sinaloenses en busca de consensos.

Sea verdad o pretexto para salir del brete, queda ratificada la ausencia de sensibilidad política por quienes conducen los destinos del poder legislativo local.

Aunque sólo estén algunos ahí de parapeto, obedeciendo órdenes de fuera.

¿En serio nadie ahí puede darse cuenta cuando agarran o los llevan a una guerra perdida?

Probablemente les falte valor, o les vale; y para el caso es lo mismo.

Hay excepciones, como siempre, pero en lo global el Congreso del Estado que hoy tenemos ha servido de muy poco, por no decir que prácticamente para nada.

Hacen como que van con el pueblo, y muy orondamente presumen públicamente lo comprometidos que están con las causas populares, pero una y otra vez terminan dando vergüenza por sus actitudes de entreguismo a intereses políticos alejados del sentir de las mayorías.

Ya casi se van los diputados, y por lo visto se irán sin aprender siquiera un poquito; no dudemos que pongan eso como pretexto para buscar la relección, con la promesa de cambiar luego los yerros por aciertos.

Ni que fuera gripe.

CANTINFLAS LES DA BOLA

Otro asunto en el que ya no sabe uno bien qué pasará es en lo que tiene que ver con las cuentas públicas del gobierno estatal anterior.

Luego de que en el dictamen inicial de la cuenta del primer semestre del año pasado los diputados priístas nos dijeron que todo estaba de peluche, un repentino e inesperado milagro les hizo cambiar de opinión.

Con contundencia y de manera insistente, la cámara local y el propio gobierno estatal nos informaban de montones de irregularidades; la percepción social inevitable fue la de que el exgobernador Mario López Valdez difícilmente escaparía a tan graves señalamientos.

A nuestros legisladores se les hinchaba el pecho, autoproclamados como próceres de la transparencia y la rendición de cuentas.

Pero luego como que le bajaron unas rayitas.

Malova no tuvo nada que ver con las irregularidades encontradas, es el mensaje que ahora nos dan desde las curules y algunas refrigeradas oficinas del poder ejecutivo.

Cortarán hilos más delgados, y cacarearán el huevo a todo lo que da.

Al cabo que el pueblo aguanta eso y más.