Dónde está mi cuerpo????
El cuerpo es una prenda sagrada. Es tu primera y última prenda; es lo que llevas cuando entras en la vida y cuando sales de ella; y deberías tratarla con honor. Martha Graham.
Todavía me río (casi a carcajadas) cada que recuerdo esta anécdota que les voy a compartir. Y si algún día lee esto mi prima, amiga, comadre, hermana del alma, Beligne, estoy segura que también lo hará.
Éramos unas adolescentillas sueltas en Guadalajara, asiduas a las ferias, Fiestas de Octubre y demás relajos populacheros… éramos felices. Y completamente irresponsables e inconscientes de nuestro cuerpo… ah, cómo le dimos carrilla. Pero, bueno.
La historia de la risa iba de que en una de esas ferias había una carpa donde estaba una enorme caja con supuestamente la cabeza de una mujer que había sido despojada de su cuerpo… y por cinco pesos, tu podías pasar para escuchar sus lamentos y ver su rostro desencajado por tan terrible pérdida.
“¿Doooónde está mi cueeeerpoooo…? ¿Dónde está mi cuerrrpoooo?… ¡Ayyyy mi cuerpoooo!” repetía una y otra vez desgarradoramente sin parar. Y nosotras pasábamos y pasábamos hasta que las monedas de 5 pesos se nos agotaban. Nos daba mucha risa, no sé si nos parecía muy ingenioso, si era el tono de la voz de la mujer, (o bueno, lo que había de ella), si queríamos descubrir el truco o muy en el fondo -y totalmente ignorantes de la conciencia corporal y esos temas- teníamos esa necesidad de conectar de una forma más real y consciente con nuestro físico.
Hace dos años, a 20 años de distancia de aquel episodio de la feria, esa pregunta “descabezada” regresó hasta mí. ¿Dónde está mi cuerpo? Ni siquiera cómo está, sino literal, ¿dónde está? ¿en qué lugar de mis prioridades lo tengo? Porque una vez que viera eso, la respuesta del “cómo está” se vendría por consecuencia.
¿Lo conozco? ¿Sé de qué es capaz? ¿Qué tanto lo cuido? ¿Qué tanto lo quiero? ¿Qué tanto se lo demuestro? La respuesta no fue muy positiva. Aunque nunca he tenido sobrepeso, sí he tenido mis kilitos de más, excediéndome no sólo en comida poco saludable, sino en alcohol, cigarrillo, desvelos, sedentarismo o por el contrario ejercicio mal cuidado, dejando como saldo, daños en mis rodillas y recientemente en un hombro. Conclusión: no había mucha conciencia de mis huesitos, que digamos.
Darte cuenta, caerte el veinte, como decimos, es el primer paso, y el más difícil. Lo duro no es cambiar sino darte cuenta lo que tienes que cambiar. Parece que lo más lógico, lo más obvio es lo que más se esconde tras ese punto ciego, imposible de detectar hasta que has pasado cierta distancia o límite: el dolor es uno de ellos.
Me enteré que tenía rótulas en las rodillas hasta que me las desgracié y tuve que dejar de participar en una exhibición de porristas para la cual me había preparado por meses. Me enteré cómo funcionaban las cuerdas vocales hasta que se me paralizaron y por poco me quedo muda. Me enteré que la anatomía del hombro es una de las más complejas para permitir los movimientos tan amplios y en muchas direcciones que no tiene ninguna otra articulación, hasta que me dolió macizo y no pude bajar mi ropa del clóset.
Nuestro cuerpo es único, no tiene repuestos y es limitado. Y muchos de nosotros, no sólo no lo cuidamos sino que lo maltratamos. No comemos bien, mal dormimos, lo atrofiamos estando horas frente a un escritorio, y lo estresamos con cortisol estando todo el tiempo a las prisas y con las preocupaciones.
Yo creo que he llevado más veces mi coche a servicio y mantenimiento que lo que he llevado mi cuerpecito a chiquear. Sin embargo, esto ha ido cambiando, la edad es un factor que definitivamente nos ayuda a la conciencia, pero mientras más jóvenes nos demos cuenta de dónde está nuestro cuerpo, los beneficios serán a largo plazo y llegaremos a la vejez con una calidad de vida digna y sin depender tanto de los demás.
Y en este peregrinar, si alguien sabe de conocer y reconocer nuestro cuerpo es mi amigo Gabriel Nieblas Peña, masoterapeuta y fundador de la Akademia, Escuela y Clínica de Masaje Terapéutico, con quien El Ser y la Consciencia, el programa de radio Encuentro, Grupo Promomedios y mi amiga Michelle Moreno con el aceite de olivo ozonizado Olivo3Mx, nos colaboramos para ofrecer en Culiacán un Curso de Masaje Consciente Antiestrés completamente gratis para toda #LaTribu que quiera aprender a dar amor, salud y bienestar a través de sus manos.
¿Que si cómo pueden participar y ganar un lugar dentro de este maravilloso curso únicamente para 10 personas? Chequen la página de Facebook El Ser y la Consciencia, en Instagram en las cuentas de @seryconsciencia, @angiemzt, @akademiamx y @Olivo3mx, busca la imagen con el concurso y sigue los sencillos pasos que te llevarán al camino de la conciencia corporal.
Sería fantasía, sería ilusión óptica, sería broma lo de aquella carpa en la feria, pero no esperemos, por omisión o desidia, a estar como aquella pobre mujer gritando desesperadamente “¿doooónde está mi cuerpoooo?”… porque si no lo cuidamos y hacemos conciencia de el, la realidad es que no somos tan diferentes, quizá lo traigamos puesto, pero no lo habitamos.
Bendiciones, AR.