El trébol
Cobró singular fortaleza la aspiración de Gerardo Vargas Landeros de convertirse en candidato del PRI al Senado de la República, tras la aprobación de las cuentas públicas del gobierno anterior y la confirmación de que salió sin problema en las revisiones de la Auditoría Superior del Estado.
En las redes sociales, seguidores del exsecretario general de gobierno reanimaron su actividad y en sus perfiles aparecen ahora con el trébol de cuatro hojas que lo identifica.
Contactamos por ello este fin de semana a Vargas Landeros, quien se manifestó “tranquilo, esperando que el jefe priísta en Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, dé la voz de arranque. En su momento hablamos todo lo que quieras”.
Es sin duda alguna uno de los más fuertes prospectos para el escaño, y cuenta con un importante número de simpatizantes y activistas, que demostró su eficacia durante la campaña electoral de quien hoy gobierna Sinaloa.
El propio Ordaz Coppel, en su momento, reconoció de manera pública el aporte del trébol en materia de votos.
En el Partido Revolucionario Institucional las instrucciones giradas desde Los Pinos son de trabajar por la unidad y la postulación de candidatos rentables, sumadores de votos.
Las encuestas tienen al tricolor en tercer lugar a nivel nacional, en cuanto a la elección presidencial, debajo de Andrés Manuel López Obrador y de quien resulte candidato del Partido de Acción Nacional.
Por eso trabaja el PRI desde hace rato en la reagrupación, en que se dejen atrás agravios y rencores.
Saben muy bien que tendrán una elección complicada el próximo año, y que deben ir en unidad, bien agrupados.
Falta ver si realmente lo logran, porque no está fácil.
Se va a saber…
LA CORRUPTA NEGACIÓN
Pésima actitud la de Andrés Manuel López Obrador, incapaz de aceptar o reconocer corruptelas de quienes forman parte de su MORENA o su grupo cercano.
Lo vimos recientemente tras los videos de la diputada Eva Cadena, recibiendo dinero ilegal, y se repite la historia ahora con el delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado, con sospechas aparentemente bien fundadas de relaciones con el crimen organizado.
A pesar de las evidencias, la postura del peje es la de siempre: todo es un complot de las mafias del poder, mentiras orquestadas con el único propósito de perjudicarlo.
Y de ahí no lo saca nadie.
Muy mala señal de alguien con muchas posibilidades de convertirse en presidente de la república.
Una y otra vez, López Obrador nos ha jurado que es diferente, que es honesto, pero actitudes como las que aquí referimos desmienten sus dichos.
O es un reverendo tontejo que no se da cuenta de la fea manera que insulta la inteligencia popular al defender corrupciones demostradas, o simplemente le vale.
Ojalá y un día de estos Andrés Manuel nos sorprenda, condenando a su amigo o compañero de partido corrupto.
Porque tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata; o lo que es lo mismo: López Obrador actúa como cómplice de pícaros y delincuentes.