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Quirino: 8 Meses

La estrategia

2° de 3 partes

Arrancó el gobierno quirinista en enero sin saber qué hacer, olvidándose de lo inmediato y la importancia de posicionar al gobierno y desperdiciaron entonces valiosos meses en muchas cosas que debieron iniciar desde entonces. No lo hicieron. Ahora Sinaloa tiene como prioridad el “Tianguis Turístico 2018” en Mazatlán, suceso que convoca presencia de más de 80 países, miles de empresas, seguramente un enorme grupo de acompañamiento y una afluencia extraordinaria de visitantes al puerto sinaloense.

Haber obtenido la sede de tal evento es un reto de grandes magnitudes que obliga no solo organización logística y reequipamiento urbanístico. Se necesita pensar en las inversiones de dichos eventos para los proyectos estratégicos de Sinaloa.

Mazatlán es el único centro turístico de Sinaloa que tiene alcance nacional e internacional y a este momento su infraestructura portuaria, urbanística y de servicios turísticos está saturada. La demanda ya superó la oferta y aún no existe un plan para operar los cambios que se necesitan.

Tan solo por poner un ejemplo, el gasoducto llegó a Mazatlán y pronto va a operar con ese combustible la vieja termoeléctrica, pero cabe preguntarse ¿Será la única industria que moverá el gas? ¿Ya se olvidó el proyecto de la industria siderúrgica? ¿Y la armadora de automóviles? O tantas cosas que se pueden construir con la carretera Durango, el puerto de Mazatlán, el combustible barato como es el gas y el fortalecimiento de turismo que proporcionarán los nuevos proyectos, industriales.


Quizá no sea fortuito el hecho de que con esa visión “turistera” se soslayen elementos vitales de una economía integral de largo alcance como es el hecho de casi abandonar dentro de la estrategia de gobierno el gasoducto pilar de una nueva economía industrial en Sinaloa, porque entonces van a cometer errores de pensar que quienes acudan al “Tianguis Turístico” lo vean así y no como una economía regional integrada con todas sus potencialidades más allá de la recreación.

O el hecho mismo de no pensar que Sinaloa en toda su historia siempre ha vivido la desgracia de elegir un gobernador y dos años después un nuevo presidente de la república que nunca se sabía si serían del mismo grupo o no, y que ahora es muchísimo más difícil advertirlo por tantos cambios y por lo tanto está en chino tener los ejes de gobierno alineados para esos vaivenes políticos.

Si eso ocurría antes de la alternancia política en México y sin la desarticulación política que vivimos, imagine usted si ahora alguien podría conseguir el objetivo de saber quién sucederá al presidente Peña Nieto, tendría que ser brujo.


Por eso, los errores cuestan y resultan más caros aun cuando lo esencial se olvida. Ahora, en la víspera de la sucesión presidencial y cuando todos los pronósticos indican que el PRI puede perder la elección y más aún en Sinaloa cuando el “décimo apóstol”, el último que se inscribió para competir por la gubernatura, fue el ungido y que seguramente tiene una pirámide política con muchos huecos, con escasos amarros y tres bloques políticos nacionales enfrente que vendrán por todo donde seguramente, si el resultado electoral se fragmenta el PRI ya no será mayoría otra vez. Mañana le seguimos.


Ancla 1
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