Peña va contra AMLO
En su mensaje con motivo del quinto informe de gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto dio la voz de arranque a la batalla que librará su partido por mantener el poder en las elecciones del próximo año, con un objetivo muy claro: bajar al más fuerte competidor, a quien, por cierto, no había mencionado por su nombre hasta hace unos días, como ocurrió en una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva.
El pasado sábado, en Palacio Nacional, ante gobernadores, senadores, diputados federales, líderes religiosos y representantes del sector empresarial, Peña no dio señales que pudieran descifrar la identidad de quien será el elegido como candidato presidencial del PRI para competir con Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Quizá para no generar cargadas y desgastes anticipados, el Presidente evitó destacar en lo particular a alguno de los secretarios de su gabinete que se mencionan como prospectos, y lo hizo de la mejor manera, refiriéndose a todos.
Así, Peña habló de los avances en materia de infraestructura, estabilidad económica y financiera, educación, turismo, atracción de inversiones, generación de empleos, salud, seguridad y de las reformas estructurales.
Claro que ninguno de los presentes en Palacio Nacional estaba ahí para escuchar, anotar y analizar las cifras de los programas y las acciones de gobierno. Lo que todos querían adivinar en el discurso presidencial era el nombre del “tapado”. Pero Peña no se salió del guion, no dio color.
Lo que sí mostró fue el rostro del candidato a vencer en las próximas elecciones, el principal opositor de su gobierno, el mejor posicionado en las encuestas y el único que tiene asegurada la candidatura presidencial, la tercera en forma consecutiva.
Peña dejó claro, sin mencionarlo por su nombre, que AMLO es el principal adversario, pero no sólo para el PRI, sino para todas las organizaciones que forman parte del sistema político y económico del país.
Con una frase de su discurso dibujó lo que representa, en su opinión el dirigente nacional de Morena: “México debe evitar la vuelta al pasado y el retroceso”. Sin decirlo, convocó a la unidad de los mexicanos para evitar el arribo de AMLO al poder.
Tal y como lo hizo en su momento desde Los Pinos el primer presidente panista, Vicente Fox, aunque mucho más cuidadoso en las formas, Peña también lanzará toda su artillería política contra López Obrador, para debilitarlo lo más posible antes del destape del candidato presidencial del PRI.
En la embestida contra AMLO, Peña aprovecha dos factores a su favor. La recuperación que ha tenido su imagen en las encuestas de opinión pública. En febrero pasado, según Buendía&Laredo sólo un 19 por ciento de los mexicanos aprobaba su gobierno; actualmente tiene un 28 por ciento a su favor.
Algunos dirán que sólo los militantes del PRI se identifican con él, pero antes de esa fecha tenía perdida una buena parte de esa base, que hoy parece haber recuperado y vaya que son buenas noticias para Los Pinos.
Por otra parte, el Presidente también aprovecha la severa crisis que enfrenta AMLO ante la cuestionada designación por “dedazo” de quien será la candidata de Morena a la jefatura de la Ciudad de México, una de sus más cercanas colaboradoras, Claudia Shenbaum.
Por si fuera poco, y como consecuencia de lo anterior, el tabasqueño padece las consecuencias del rompimiento con uno de sus principales aliados, Ricardo Monreal, quien ahora amenaza con lanzarse por la capital del país como candidato de una alianza de partidos que le restaría muchos votos a AMLO en su principal reducto.
Peña está en lo suyo y aprovecha la coyuntura, su estrategia es acorralar y enfrentar a AMLO para bajarle puntos, y de paso recuperar el respaldo de los suyos, los priistas.
AMLO, por su parte, deberá evitar la confrontación con la figura presidencial para no desgastar su imagen, como ocurrió con Vicente Fox y aquella frase que quedó para la historia: “cállate chachalaca”, que le persiguió durante toda la contienda electoral y dio pie para que sus adversarios la utilizaran como punta de lanza de una campaña negra que le restó varios puntos en las encuestas.
Y a juzgar por la capacidad de convocatoria que demostró Peña el pasado sábado en Palacio Nacional, el escenario que enfrentará AMLO el próximo año no será muy distinto al de 2006.
Todo apunta hacia una contienda de AMLO contra el bloque Anti-AMLO (Estados Unidos, empresarios, Iglesia, medios, etc.)
La polarización total.
GRAFITI
Aparece un nuevo jugador por la Senaduría en Sinaloa, y es nada menos que Rubén Rocha Moya, el actual coordinador de asesores del gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien dejará el cargo en unas semanas para sumarse al proyecto de Andrés Manuel López Obrador.
Si se concreta su proyecto por la opción de izquierda, el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y excandidato a la gubernatura en dos ocasiones, volvería a sus orígenes en la política, después de ocupar varios cargos en gobiernos priistas.
Por otro lado, el ingreso de Rocha a Morena le permitiría al gobernador de Sinaloa tender un puente con AMLO, por aquello de que el tabasqueño tiene muchas posibilidades de ganar la elección presidencial, pero hay que decirlo claro: Es una decisión que levantará ronchas en Los Pinos, por decir lo menos.