Gerardo Vargas
El espanto
En los tiempos del oscurantismo, científico y cultural, cuando no había luz eléctrica en la mayoría de los pueblos y la iglesia con sus sacrosantas verdades eternas y supuestos castigos divinos a los malos, mantenía a la población “con el Jesús en la boca”, así ven algunos grupos de poder (persignados también), la aparición de personajes y políticos, como ocurrió con el secretario general de gobierno del malovismo, Gerardo Vargas Landeros, el pasado domingo.
Pánico les provocó a esos grupos oscurantistas la reaparición del político mochitense y pretendieron como en los viejos tiempos, que santificándose lo harían desaparecer, con el susto dibujado en la cara y con montones de exabruptos de todo tipo como maldiciones de conjuro con el deseo ansioso que su imagen desapareciera.
Como todo eso ya no existe y todo mundo sabe que los únicos santos que existen hoy en día son los que “mean”, que la vida cultural y política de nuestras sociedades la hacen hombres y mujeres, seres de carne y hueso que se rigen bajo leyes y reglas, entre las que existe el ex secretario general de gobierno malovista, entre otros muchos más, y que hacen de su vida y actividad política como lo consideren.
Es probable que aún exista algún retrógrada que piensa que puede expulsar a quien quiera por sus puros deseos, creyendo que poseen facultades divinas, como aquel que expulsaba del paraíso a los infieles.
En la vida, y mucho menos en la política, es así. Nos guste o no, los políticos de cualquier partido, grupo o persona debe ser libre, y entre más lo sea mejor.
Gerardo Vargas Landeros es un liderazgo político al interior del PRI, es libre de aspirar en su partido a cualquier posición y desarrollar las actividades que considere.
Es cierto que muchos le tienen animadversión, que no comulgan con él y que desearían que no hiciera política y tienen derecho a expresarse como lo hacen, pero no lo pueden expulsar de la vida política.
Si no lo hicieron en su partido, el PRI, y no lo combatieron en su momento en el gobierno, e incluso después de que salió mediante los mecanismos legales existentes ¿Por qué habrían de juzgarlo sumariamente como pretenden ahora algunos?
Las fobias son normales y reflejan la irracionalidad que en alguna medida todos poseemos y la hacemos sentir en algún momento o ante algunas personas, sentimiento que no admite
discusiones ni contemplaciones y que solo sirve para el desahogo de las frustraciones casi siempre, pero para la política vale un cacahuate como no sea un desaguisado.
Guste o no, se quiera o no, Gerardo Vargas Landeros es un liderazgo político que representa una fuerza y corriente dentro del PRI y vive en el mundo de la política cotidiana.
Como todos y como en todo, nada es blanco y nada es negro. Todos los políticos nunca serán como aquella figura que describía Don Salvador Díaz Mirón en su poema “A Gloria” que decía “Los claros timbres de que estoy ufano han de salir de la calumnia ilesos. Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan… ¡Mi plumaje es de esos!”
O si usted quiere ser más mundano compárelo con una pelea de box. Arriba del ring se da y se recibe. Así de simple.