Importante diferenciar entre déficit de atención y problemas de conducta en los niños
Culiacán, Sin. A menos que exista una lesión intracraneal o una descompensación bioquímica se puede considerar que el niño presenta trastorno de déficit de atención con hiperactividad, lo que comúnmente se llega a confundir con impulsividad y trastorno de conducta, informó Oralia Salazar Terrazas. La docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) señaló que con frecuencia se canalizan a pequeños que muestran actitudes de ansiedad, trastorno de conducta, cuadros de impulsividad, confundiendo los síntomas con los de trastorno de déficit de atención, por lo que subrayó la importancia de saber identificar y diferenciar ciertas conductas y actitudes. “Para poder cubrir todos los criterios para considerarse un déficit de atención primero deberá tener una alteración neurobiológica, es decir, tener alguna descompensación bioquímica, neuronal o alguna lesión intracraneal que lleve a la necesidad de medicar al niño porque éste no puede controlar ni su atención, ni su impulsividad”, explicó. En ese sentido la psicóloga indicó que uno de los principales síntomas de los niños con trastorno de déficit de atención es la dificultad de focalizar la atención, no siguen instrucciones, son olvidadizos, están absortos y realizan las tareas a destiempo. Asimismo dijo que los infantes que tienen un trastorno de conducta son niños mal portados, déspotas, contestan antes de tiempo, manipuladores, chantajistas, no les gustan las actividades que requieran de algún esfuerzo psicomotriz continuo. La docente comentó que algunas de estas conductas se generan por el modelo de crianza en el que se desarrollan los pequeños, por lo que sugirió a los padres de familia poner límites y marcar reglas claras y precisas en el hogar. De igual forma Salazar Terrazas recomendó acudir a psicoterapia para llevar a cabo los test y exámenes necesarios para identificar si existe trastorno de déficit de atención e hiperactividad o no, si es un problema emocional, cognitivo o psicosocial.