Brincolines
Pepe y Quique acaban de ser sometidos a intensos exámenes clínicos, víctimas de incontrolables temblorinas, acompañadas de repetidos espasmos y sacudidas.
Todo tembeleque, con escalofríos generalizados y síntomas de neuropatía emocional, el ciudadano vive desconectado de la realidad, por momentos incapaz de reconocer quién es él, qué se supone que hace, de dónde viene y a dónde va.
En lo físico, su revolucionario tatuaje lumbar que le impide erguirse frente a todos, y que le dificulta avanzar con la velocidad requerida.
Quiere correr, pero apenas camina; se para, pero no se levanta.
Por su parte, como resultado de las recurrentes convulsiones oscilatorias y trepidatorias, el irritado padece de una lesión severa en el esternocleidomastoideo, con intensos dolores de cuello y cabeza.
“Ni nos ve ni nos oye”, le dijeron al médico en su residencia, y le adelantaron su propio diagnóstico: “sufrió un derrame cerebral”.
El galeno los consoló de inmediato, o así pareció: en Quique, un derrame cerebral es imposible.
Total, con la novedad de que la ciencia médica mexicana acaba de descubrir una nueva enfermedad, que de México para el mundo fue bautizada como El Síndrome del Brincolín.
Es un padecimiento grave, por el momento incurable, con afectaciones crónico degenerativas tanto neuronales como musculares, manifiesto con los temblores continuos y masivos, ya referidos líneas atrás.
El origen del padecimiento es emocional, con una directa proporcionalidad en cuanto al grado de las tensiones y el estrés.
Una serie de testimonios de funcionarios y trabajadores tanto del partido como de los pinoles permitieron conocer con certeza la causa de las temblorinas y demás afectaciones.
Así entonces, la orden médica fue contundente y precisa: estrictamente prohibido que Pepe y Quique vean los resultados de encuestas electorales, ni propias ni ajenas.
Que no vuelvan a pasar por tan fuertes corajes y encabronamientos, pues.
Vaya cosas de las que se entera uno.
BAJAN AL TRICOLOR
A propósito de encuestas electorales, las últimas en conocerse confirman lo que ya casi todo México sabe, menos los del PRI: Andrés Manuel López Obrador en primer lugar, con ventaja de más de diez puntos sobre el segundo, que es Ricardo Anaya, y con José Antonio Meade Kuribreña en un lejano tercer sitio.
Con otra reafirmación que se fortalece: aparentemente el voto cruzado será menos al esperado, y Juntos Haremos Historia encabezado por MORENA ganaría no solamente la presidencia de la república sino también las dos cámaras del Congreso de la Unión.
Por supuesto, son lo que conocemos como fotografías del momento, pero están ahí, como mediciones de lo que puede ocurrir.
Las dos encuestas referidas, una de El Financiero y otra de Massive Caller, descartan prácticamente a Meade como contendiente por la primera magistratura.
La pelea estará entre el peje y Ricardito, aseguran.
Que las cosas pueden cambiar, tampoco hay que descartarlo.
QUE ALGUIEN ME EXPLIQUE
Algo debe andar muy mal, cuando el gobierno nos dice que no hay dinero para atender requerimientos esenciales de nuestros centros hospitalarios.
Toda esta administración estatal hemos conocido de problemas aquí y allá, y tras una serie de deficiencias hechas públicas en la operación del Hospital Pediátrico de Sinaloa, se suspendió el servicio de cirugías.
Muchos niños enfermos en peligro, con todo y que nos aseguren que tomarán las medidas para atender cualquier necesidad que se tenga.
Difícil creer, porque como ya advertimos el mismo problema de la falta de dinero hay en el resto de los centros de salud públicos de Culiacán, Mazatlán, Los Mochis y de toda la entidad.
Grave falla en el orden de las prioridades.
No podemos concebir que sea más importante una carretera o una oficina pública, que atender y salvar la vida de un niño.