Ya falta poco
El “no le hagas caso” fue cambiando paulatinamente hasta el casi unánime “hay que pararlo ya”.
Poco a poco, surgieron los numerosos testimonios de las tropelías cometidas por Guadalupe Sánchez y su “esposa” Carmen Bárcena López.
Más que un conflicto personal, se volvió un asunto de orgullo al conocer los dramas que sufrieron sus víctimas, principalmente mujeres extorsionadas y robadas.
Historias llenas de infamias por parte de esa pareja de cobardes que, disfrazados de muy honrados y trabajadores, son en realidad vulgares ladrones y engañabobos.
Mi reconocimiento a quienes recién me enteré han estado desde hace rato señalando al farsante, y que han aguantado las furiosas y a veces despiadadas embestidas de esos rufianes.
Existen hasta ahora dos demandas penales contra Guadalupe Sánchez y quienes resulten responsables.
Juan Luis Gaxiola Félix es un joven que tuvo el valor de confrontar por la vía legal, y que presentó la primera denuncia penal en contra de quienes le exigieron 25 mil pesos tras publicar una foto suya en un portal del facebook; honorarios por publicidad, es el alegato del bandido y la bandida.
Caminaba entonces nuestra demanda, presentada poco después, el pasado jueves, por diversos hechos constitutivos de delitos, con nuevos elementos que desde ayer refuerzan el expediente legal.
Se hizo presente Juan Luis Guerra, y de manera conjunta planteamos ante el vicefiscal Miguel Ángel Valdez la urgencia de una justicia pronta y expedita que sirva de alivio y satisfacción para los muchos afectados, pero también como fortaleza y protección de nuevas y potenciales víctimas.
La orden o las órdenes de aprehensión son seguras; falta nada más ver cuánto falta para ello.
Guadalupe Sánchez, por si usted no lo sabe, es quien el 17 de mayo del año pasado rindió testimonio ante la fiscalía especial de la PGR en el caso del asesinato de Javier Valdez Cárdenas.
Tocó a quien esto escribe ser intermediario entre esta persona, a la que no conocía y solamente he visto ese único día, y la autoridad competente en las investigaciones.
Hemos reclamado repetidamente cómo puede ser que a más de nueve meses y medio de que Guadalupe Sánchez dio nombres y domicilios de los presuntos asesinos, no exista hasta ahora ni un solo detenido.
Porque no hay más de dos sopas: o los señalados son culpables y no los quieren agarrar, porque siguen viviendo donde mismo, o el testigo incurrió en el delito de falso testimonio, libre como si nada.
Abundaremos sobre este punto, más adelante.
LOCURA CENSURADORA
Caso de dos orates el anterior, y el que sigue se le parece; el mundo está lleno de locos, y de locas.
Nuestro Altoparlante del viernes, que tras su publicación en las páginas de El Sol de Sinaloa compartimos en las redes sociales y diversos portales web, fue censurado por facebook.
Delicadito que es, el senador panista Francisco Salvador López Brito presentó ante esa red social una queja formal, en hojas membretadas del Senado de la República, para exigir que la publicación de mi columna fuera censurada, y lo logró.
Semanas y hasta meses tardan normalmente las quejas presentadas ahí, muchas de las cuales ni siquiera las responden, o reciben un trato automatizado.
Pero López Brito es senador de la República, y le concedieron inmediata razón, sin tenerla.
Esa publicación censurada, por si no lo recuerda, refiere una infamia que es verdad demostrable: el legislador blanquiazul gestionó para su esposa una plaza de base en la Secretaría de Salud.
Con cero días de antigüedad laboral, la señora de López cuenta ahora con una chamba segura y un sueldo muy jugoso.
Por supuesto que abundaremos sobre esta historia; el autoritario y censurador López Brito seguirá siendo exhibido en sus desvergüenzas. Y como dicen en el rancho: la que se lleva, que se aguante.
Le daremos lo que se merece, en justicia.