En Día de la Mujer no queremos desayunos, queremos apoyos: Textileras
Culiacán, Sin. Pequeñas empresarias que operan los pequeños talleres textileros demandaron al gobernador Quirino Ordaz Coppel que regrese al apoyo de dos uniformes escolares gratuitos por niño de educación básica del sector público, y que también les apoyen con créditos inmediatos para estar en condiciones de entregar en tiempo y forma las prendas ya terminadas.
Dirigentes e integrantes de la Asociación de la Industria de la Confección Textil de Sinaloa, lamentaron que a más de un año de su administración, el gobernador Quirino Ordaz Coppel no las haya recibido en audiencia, a pesar de que se la han solicitado en varias ocasiones, y se quejaron que el ahora exsubsecretario de Desarrollo Económico, Lauro Meléndrez, sólo las atendió dos veces durante el tiempo que estuvo en el cargo.
Leticia castillo, Marielos Conde y Berhta Chávez, presidenta, tesorera y secretaria de esta organización, explicaron que hacen estos señalamientos en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, y aclararon que ellas no piden que las inviten a un desayuno para festejar esta fecha, sino simplemente que les ayuden a trabajar para mantener los empleos directos e indirectos que generan.
En cada taller textilero, dijeron, hay una mujer jefa de familia que no sólo hace esfuerzos para salir adelante, sino que ayuda a otras mujeres a que también salgan adelante.
Sobre todo, resaltaron, se capacita y se apoya a mujeres del área rural, donde por cuestiones del crimen organizado hay mujeres que de un día para otra quedan viudas, con hijos y sin trabajo y sin apoyo.
Leticia Castillo recordó que cuando el programa de Uniformes Escolares Gratuitos contemplaba la entrega de dos uniformes por niño, se confeccionaba un millón 200 mil uniformes, y ahora sólo se producen 600 mil uniformes, lo cual implica en consecuencia una reducción del 50 por ciento en la generación de empleos, de modo que de haberse generado cerca de 10 mil empleos ahora sólo se genera la mitad.
Aunque reconoció que aun cuando el programa se haya reducido a la mitad, la demanda de uniformes es la misma, y en consecuencia fuera de esperarse que los padres de familia compraran el otro uniforme que se les dejó de entregar gratuitamente.
Sin embargo, observó, no se está dando esa compra del uniforme adicional, pues la gente prefiere reutilizar los uniformes que van dejando los niños por su crecimiento natural y compartirlo con otros niños más pequeños.
En materia de crédito, las mujeres textileras aclararon que en lo individual no les ha llegado ningún crédito.
Aclararon que no dudan que haya programas o créditos, pero a ellas no les han llegado o no saben dónde están.
Incluso, una de las textileras presentes denunció que el Gobierno del Estado todavía le adeuda un pago de la confección de uniformes del año pasado, lo cual le afecta.
Ciertamente, dijo, no es mucho lo que se le debe, pero lo poco que se le debe es mucho para ella para poder mantener operando su pequeño taller.