PRI: la riqueza
El desperdicio
No cabe duda que en la vida política del país el partido político de mayor riqueza intelectual, cultural y de personalidades ha sido el PRI, quien en la medida de su deterioro político e ideológico, ha sido proporcional su caída electoral, influencia y organización social en el país.
El PRI, desde el fracaso de Miguel de la Madrid para evitar que Carlos Salinas de Gortari, fuera candidato del PRI y luego presidente de la república, ha sufrido la debacle final que ahora lo tiene convertido en una piltrafa política y su enorme riqueza desperdiciada, dilapidada y en buena medida viviendo vergüenzas ajenas.
Después del último intento, la XVI asamblea nacional del PRI, donde Luis Donaldo Colosio, lanzó su proclamación de rescate del PRI y del país en manos del salinato junto con su camarilla de neoliberales amafiados con los dueños del gran capital nacional y extranjero, no ha habido desde entonces ningún otro momento para el PRI que represente un verdadero intento de recomposición y resurrección.
El 2013, Enrique Peña Nieto tuvo en sus manos la oportunidad histórica con las reformas estructurales, dando un giro político radical a la vida de los partidos y la sociedad, pero eludió la reforma política que le pondría fin a este modelo electoral de partidos y al régimen presidencialista tan lleno de poder, privilegios y en consecuencia de corrupción.
Esta es la única explicación que tiene la situación electoral de los candidatos del PRI y la ineluctable lógica de su bancarrota y descomposición que hoy por hoy no se ve ningún político de ese partido con la preocupación y la intención de hacer algo por detener la caída.
Incluso, los priistas, muchos por conveniencia se están convenciendo del discurso opositor de que Peña Nieto los ha llevado a la bancarrota política y no su desfondamiento de ideas y compromisos con la sociedad y el país. Incluso hay priistas más radicales contra EPN que los mismos AMLOvista o panistas o perredistas.
El PRI, insisto, tienen una enorme camada de hombre y mujeres formados en el servicio público y las líderes políticos cuya experiencia es muy útil para el país. Pero que no tiene ninguna rentabilidad en su partido en las condiciones que esta.
¿Qué va a ocurrir con el PRI, con sus candidatos y su clase política, después del 1° de julio? A ciencia cierta no lo sé pero lo más probable es que curse como los demás partidos un trance psicológico- político, una especie de trauma, que lo puede desintegrar o los obligue a refundar.
Ojala y ocurre lo segundo, de que todos los partidos piensen en su utilidad para la nación y que deben cambiar para que eso se traduzca en hechos.