Travestismo político
Indignación y rabia causó entre los panistas el nombramiento del senador Francisco Salvador López Brito como coordinador de la campaña presidencial de Ricardo Anaya Cortés en Sinaloa; sienten que el PAN perdió grave y hasta casi definitivamente sus principios y sus valores.
No encuentran otra manera de entender cómo es que haya quienes incurran en ilegalidades a la vista de todos, que el partido se haga el occiso y caiga en el descaro de premiar a esos pícaros.
López Brito es uno de esos panistas bien ratas que no sirve a nadie más que a sí mismo; por ello está convertido en anti voto, y su nombramiento implica complicidades que ofenden a quienes aspiran a un PAN comprometido con la honestidad y el servir a la sociedad.
Ya informamos en esta columna el descarado tráfico de influencias mediante el cual este senador consiguió ilegalmente una base sindical para su esposa María Guadalupe Gastélum Armenta.
El milagro de no tener un solo día de antigüedad laboral, y ganarle a quienes tienen más de veinte años trabajando en la Secretaría de Salud; los derechos de más de mil 200 trabajadores pisoteados burdamente por la autoridad, para favorecer con 35 mil pesos mensuales a la señora del senador.
Abusos de poder que se hicieron públicos, y que como es la costumbre permanecen impunes; las autoridades y el partido cómplices por acción y por omisión, y el pueblo nuevamente atropellado.
Junto con pegado López Brito se exhibió como un intolerante y un represor de la libertad de expresión y del derecho a la información; exhibido su tráfico de influencias en facebook, presentó en hojas membretadas del Senado de la República una queja formal por “acoso y bullying”; recurso atendido y favorecido sin razón, el mismo día de su presentación.
Se trata pues, de un corrupto y un intolerante; no les falta razón al grupo de panistas que nos contactó para señalarlo como un pícaro de lo más cínico y desvergonzado.
En estos diálogos conocimos un nuevo caso que pinta de cuerpo entero a este senador panista como un delincuente reiterado e impune; a ver si no le provoca a usted la misma rabia que a quien esto escribe, el enterarse de lo que a continuación le informaremos.
Tenemos en nuestras manos copia de una demanda laboral presentada por Rosa Icela Meza Ruelas ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, con fecha 5 de mayo del año pasado.
Esta joven mujer comenzó a trabajar bajo las órdenes directas de López Brito, desde el 7 de enero del año 2013; sus funciones consistieron en promover la imagen del senador, sus proyectos legislativos y sus trabajos en comisiones; mantener activas y actualizadas las cuentas de redes sociales, así como las páginas web oficiales del legislador panista.
El día 15 de marzo del 2017, su jefe le indicó a Rosa Icela que “debido a tu embarazo, ya no quiero que trabajes aquí; estás despedida. Baja a cobrar tu quincena y vete”; con el ingrediente de que al acudir a informarse ante el área administrativa del Senado de la República le precisaron que fue dada de baja desde la quincena anterior, por indicaciones directas del senador.
Como presidente de la Comisión de Salud del Senado de la República, López Brito exige en sus discursos el respeto pleno a la salud y a los derechos humanos de las mujeres, y el cuidar con esmero a las madres en estado de gravidez.
Casi lloran de emoción las jóvenes y las señoras, cada 8 de marzo y 10 de mayo en que se festejan el día internacional de la mujer y el día de las madres.
Para encontrar en la triste realidad a un político travesti que hace todo lo contrario de lo que dice; al cabo que tiene fuero y poder, además de cómplices que lo solapan.
Durante los más de cuatro años en que trabajó, Rosa Icela laboró horas extras, todos los días; el recurrente pretexto de un presupuesto insuficiente, con reducciones salariales; el senador quería que renunciara, pero ella aguantó porque con su esposo se esforzaba para juntar el dinero necesario para los gastos del parto y demás.
Tras su despido, a pesar de la “falta de presupuesto” recontrataron inmediatamente a un varón.
Era su cuarto mes de embarazo, y Rosa Icela Meza decidió pelear por sus legítimos derechos; otras mujeres fueron despedidas antes por López Brito, sin consecuencias.
Breve relato, que ampliaremos, de otra infamia que por lo visto son costumbre en este panista cuya honestidad termina cada vez más desparpajada ante las evidencias que le siguen saliendo del clóset.
¿Ignoraban sus corruptelas Ricardo Anaya y Carlos Castaños?
No; simplemente les vale. Y en su salud lo hallarán, porque el pueblo es cada vez menos dejado.