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Me dan vergüenza

Porque lo veo y leo puedo creerlo: la Marina Armada de México terminó desmintiéndose y aceptó que desde un helicóptero dispararon en contra de civiles inocentes, matando a una pareja de esposos y a dos de sus hijas.

El primer boletín oficial ni siquiera refirió la muerte de esas cuatro personas, y ante el reclamo social agregaron luego que esa familia resultó víctima del “fuego cruzado”, que aseguraron provino de los delincuentes y no de los marinos.

El “problema” es que hubo sobrevivientes y testigos, con el señalamiento directo de que les dispararon desde un helicóptero de la Marina, y la denuncia de que uno de los adultos se desangró y murió ahí porque los marinos se negaron a permitir que recibiera atención médica.

Una inspección por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y del comité local de Nuevo Laredo encontraron que sin lugar a dudas los civiles fueron asesinados por la Marina.

Poco después, la Procuraduría General de la República hizo públicos los resultados de un peritaje oficial, y ninguna duda pudo quedar: civiles asesinados por marinos.

Sin embargo, a pesar del reconocimiento oficial de la culpa, ni la Marina Armada de México ni la PGR ni nadie más en el gobierno han dicho absolutamente nada sobre castigar a los responsables.

En la aceptación obligada de su responsabilidad, la Marina simplemente señaló que esas muertes se dieron por el involucramiento “de manera circunstancial”, de un auto ajeno a los “enfrentamientos”; y como haciéndonos un favor afirmaron que “cumplirán” en la reparación del daño a las víctimas.

Pero de hacer justicia y de castigar a los asesinos, nada.

La reiteración, entonces, de nuevos daños colaterales que la sociedad debe entender y aguantar.

Recordemos que no hubo enfrentamiento; desde el helicóptero dispararon, a la brava; y que cuando se dieron cuenta del error, el mismo valemadrismo criminal al evitar que uno de los heridos recibiera atención médica, y que falleciera desangrado.

Al cabo que no pasa nada, aunque oficialmente se acepte que son culpables.

De investigar y castigar, quizás este gobierno asesino nos diga luego que actuará, pero desde ahora sabemos que sería una nueva simulación.

El presidente Enrique Peña Nieto muestra otra vez su vocación criminal, cómplice de esta nueva infamia en la que están involucrados elementos de las fuerzas armadas.

Tenemos en la primera magistratura a un desvergonzado, nivel extremo hasta el infinito y más allá.

Por desgracia no está solo ni es el único.

Ninguno de los partidos políticos que viven del dinero del pueblo ha levantado la voz en contra de los muchos crímenes cometidos por el gobierno.

De los candidatos presidenciales, insultantes posicionamientos de José Antonio Meade Kuribreña y Andrés Manuel López Obrador, en la pretensión falsa de que están del lado de la ley y del pueblo.

El dizque ciudadano se limitó a recomendar que las acciones de las fuerzas armadas se acoplen con lo señalado en la Ley de Seguridad Interior.

Simuló mostrarse más enérgico el candidato de MORENA, con su llamado a que las fuerzas armadas dejen de ametrallar a diestra y siniestra.

Pero de que se investigue y que se castigue a los asesinos, nada dijeron.

El único aspirante presidencial que demandó una investigación de los hechos y el deslinde de responsabilidades fue el panista Ricardo Anaya Cortés, pero se quedó también muy corto de lo que México reclama y merece.

Ninguno de ellos fue honesto y valiente, y ratificaron que no son merecedores de la confianza que los lleve al cargo que buscan.

La pregunta obligada es cuántos crímenes más se necesitan para que exijan justicia, y para que de cara a la nación reclamen la larguísima cadena de complicidades oficiales en esas atrocidades que han enlutado a cientos de hogares.

Presidente de la república, gobiernos, partidos políticos y candidatos presidenciales, vuelven a darme vergüenza.

Y no tienen llenadera, por lo visto.


Ancla 1
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