“Autistas tienen más posibilidad de adaptarse”
Medicamente, el autismo no se considera una enfermedad como tal, sino más bien una condición genética que afecta en mayor o menor medida la interacción social por medio de la comunicación, la conducta, el lenguaje y la integración sensorial de las personas, destacó el neurólogo universitario, Edel Armenta López. El especialista del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (CIDOCS) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) señaló que gracias a que hace ya varios años abril es considerado mes del autismo, es que se ha hecho mayor conciencia y prestado más atención a esta afectación neurológica, abonando así a una mayor información en su diagnóstico y sobre todo a que los pacientes tengan mejores posibilidades de adaptarse a su entorno. “El autismo es una afección neurológica permanente que se manifiesta en la primera infancia. Un apoyo y un entorno adecuado y la aceptación de esta variación neurológica permiten a aquellos que padecen trastornos del espectro autístico disfrutar de las mismas oportunidades y participar de manera plena y eficaz en la sociedad”, puntualizó. El neurólogo universitario indicó que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) puede llegar a confundirse con otros trastornos por lo que los menores no reciben el tratamiento adecuado y sus posibilidades de adaptarse a su entorno disminuyen.
INTERPRETACIÓN DISTINTA Comentó que los autistas interpretan de manera distinta las palabras, los colores, las formas y los sonidos del mundo exterior, motivo que les dificulta para su integración a la sociedad y más aún, a un entorno educativo y laboral. Aseguró que con un tratamiento terapéutico personalizado y especializado, logran incrementar su calidad de vida, ya que el autismo no tiene cura. El neurólogo dijo que el autismo se puede identificar cuando los niños o adultos presentan menor contacto visual, falta de respuesta cuando los llaman por su nombre o indiferencia ante las personas responsables del cuidado. Mencionó que algunos niños pueden desarrollarse de manera normal durante los primeros meses o años de vida, pero con el paso del tiempo pueden registrar cambios y se vuelven introvertidos, agresivos o pierden habilidades del lenguaje que habían adquirido.