Pactos y complicidades
Indignados y preocupados andan en el PRI Sinaloa y en el comité de campaña de la coalición encabezada por este partido, ante la reunión que empresarios y políticos hasta hace poco identificados con el tricolor tuvieron este fin de semana con Marcelo Ebrard, en Culiacán.
Pase de charola para la campaña de Andrés Manuel López Obrador, en casa del multimillonario Joel Valenzuela, cuya fortuna curiosamente forjó con el apoyo y complicidades de gobiernos priístas.
En esa misma reunión, el exalcalde priísta de Guasave Raúl Inzunza Dagnino, en últimas fechas un permanente reclamador de que la revolución no le ha hecho justicia de manera merecida.
Por supuesto, cada una de las partes involucradas hablará a conveniencia, pero los hechos son claros y refieren el pragmatismo o traición de algunos que buscan el amparo de quien ven como el próximo presidente de la república.
De ninguna manera lo admitirán, pero no necesitamos ponernos al borde del derrame cerebral para saber que el pase de charola implica complicidades, y que no están tirando su dinero; los empresarios le dan lana al peje, y éste los recompensa luego con los beneficios que del presupuesto oficial.
Resumiendo, se trata de gozar de las mieles del poder con AMLO, como antes lo hicieron durante los gobiernos priístas; es su negocio y son sus intereses.
Así es muchas veces la política, sin principios ni valores; lo que a sus actores les importa es ganar el poder, y beneficiarse del mismo.
Andrés Manuel cabalga en caballo de hacienda; si en un territorio priísta como Sinaloa los chapulines brincan hacia Morena, la lógica más elemental nos dice que a nivel nacional el escenario les resulta poco favorable a los del Partido Revolucionario Institucional.
No levanta ni convence lo suficiente José Antonio Meade Kuribreña, sin que con esto queramos decir que el resultado está ya candado y nada lo moverá.
Todavía falta, pero la perspectiva es que la cosa se les pueda poner más complicada, porque si no lo levantan del tercer lugar en que se encuentra veremos al panista Ricardo Anaya Cortés y al peje sumar los indecisos y votos “útiles”.
Respecto de JOVA y acompañantes subidos al caballo morenista, aceptemos nuestra ignorancia sobre si son pocos o muchos; pero, aunque no fueran suficientes, la percepción que se genera es la del hundimiento de la nave tricolor, con la perspectiva de que otros más se les sumen.
EL PELIGROSO FANATISMO
Y a propósito de López Obrador, a fuerza de ser sinceros tengo que aceptar que la actitud de algunos de sus fanáticos intolerantes casi me convence de que lo peor que le puede pasar a México es que el tabasqueño gane la elección.
Ya he dicho que estamos bien jodidos con el actual gobierno peñista, asesino y corrupto, y he señalado que con Vicente Fox y Felipe Calderón tuvimos más o menos lo mismo.
Muchos de los ciudadanos que respaldan al peje ven en él la esperanza de un cambio y aunque aceptan que en realidad es otro político pícaro y corrupto consideran que vale la pena confiar y arriesgarse, que seguir como estamos.
Opiniones divergentes, como en botica, entre quienes planean o planeaban dar el voto a diojito.
Me temo que existe un grave peligro de que la situación empeore.
No hay un escenario peor que el de la conjunción de un gobernante corrupto e irresponsable, con un pueblo solapador de sus pendejadas y locuras.
Y por lo visto hacia allá vamos.
Andrés Manuel sigue empecinado en necedades insultantes, mientras que sus aduladores y cómplices lo alientan, en lugar de motivarlo a corregir.
Ya me veo, dentro de poco, recordándoles: se los advertí.
Ojalá y me equivoque…