El guión
Tendríamos que ser muy ingenuos para no advertir que la declinación de Margarita Zavala como candidata presidencial es parte de una estrategia orientada a que no gane ya saben quién.
No hay que ponernos al borde del derrame cerebral para saber dónde terminará la señora de Calderón, que como opción número uno tiene al “ciudadano” José Antonio Meade Kuribreña, pero para que esto suceda el abanderado priísta tendría que posicionarse en el segundo lugar.
Doña Margarita nos diría entonces que no están con el PRI, pero sí con el que considera el mejor de los candidatos; y subrayará que lo hace pensando en el bien de México y de los mexicanos todos.
Si el panista Ricardo Anaya Cortés se mantiene en el segundo lugar y se despega del tercero, entonces doña Magui terminará reconciliándose con su Partido Acción Nacional.
De ya, la mayoría de quienes respaldaban a la señora Zavala se sumarán con Anaya y con Meade, en ese orden.
Desagua feamente fuera del orificio Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que esos votos ya son suyos porque se trata de ciudadanos que quieren un cambio.
Falta ver qué sigue en el script de esta tragicomedia política.
Si la decisión del presidente Enrique Peña Nieto y del poder económico irá hasta donde tope a favor de José Antonio Meade, incluso con la posibilidad de invalidar legalmente la postulación de Anaya, en el seguimiento y culminación judicial de las acusaciones e investigaciones sobre lavado de dinero en contra del panista.
Eventualidad que tendría consecuencias gravísimas, pero de que se atreven no lo debemos dudar.
El quid es a qué le tienen más miedo, sobre el resultado en la elección presidencial.
Crecerá de manera importante el llamado al voto útil, que indudablemente tendrá una presencia mayoritaria con muchos sufragando en contra del PRIAN o del mesías.
Cierto que hay un enorme rechazo principalmente en contra del tricolor, pero crece cada vez más el número de mexicanos que se convencen o dejan convencer de que AMLO es una real amenaza de un cambio en reversa.
En la elección del primero de julio prevalecerán los odios y los temores.
Verdad triste, pero irrefutable.
AMORES Y DESAMORES
El magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Sinaloa, Enrique Inzunza Cázarez, se apersonó recientemente junto con su ofendida esposa al despacho del abogado defensor de la jueza Ana Karina Aragón Cutiño, en busca del desistimiento de la denuncia por acoso sexual.
De entrada, la respuesta de la jueza a través de su defensor el licenciado Ordorica fue en el sentido de que sigue adelante con su acusación.
Lo que sí conciliaron fue de qué calladitos se ven más bonitos, con el compromiso de no hacer declaraciones públicas que hagan más grande la polémica y el escándalo.
Inzunza Cázarez acusa que hay un complot en su contra; que lo quieren tumbar como presidente porque asegura que él encabeza un poder judicial independiente, y otros quieren alguien a modo.
No da nombres, pero es a todas luces una acusación contra el gobernador Quirino Ordaz Coppel.
Y como sin querer queriendo, el magistrado corre ese supuesto del complot desde el tercer piso, con el consabido de “nomás para ti; no se lo digas a nadie”.
Mientras tanto, ni en el ejecutivo ni en el legislativo ni en la fiscalía estatal han tenido el valor de tomar el toro por los cuernos.
O lo que es lo mismo, que magistrados y demás sigan violentando las leyes.
En el supuesto de que es problema de ellos, cuando en realidad es un asunto público, no sólo porque la sociedad lo conoce sino porque implica numerosas irregularidades e ilegalidades cometidas en el ejercicio de responsabilidades por parte de funcionarios supuestamente al servicio del pueblo y pagado por éste.
No solamente es un error sino un grave valemadrismo pretender que son cosas de amores y desamores, y que vale más ni meterse.
Recordemos, además, que el acusado de acosador sexual tiene fuero constitucional.