Falta valor : autoparlante
Altoparlante
Falta valor
Por Juan Manuel Partida Valdez
La apuesta de la cuarta transformación es al miedo de los actores políticos opositores y a la desmemoria colectiva.
El uso de las instituciones “públicas” y de las supuestamente autónomas para perseguir a quienes no se someten a los dictados de su serenísima majestad.
Si no tienen delitos o irregularidades, los inventan.
Los dos caminos de la seducción y el pago a las traiciones, y el de los expedientes con la amenaza de la denostación nacional y el encarcelamiento.
A nivel nacional sobran los ejemplos, y dos muy recientes son el del gobernador en funciones de Tamaulipas y el del exmandatario estatal de Nayarit.
En Sinaloa lo estamos viendo con los chapulines y muy especialmente con la declinación de Héctor Melesio Cuén Ojeda a favor de Rubén Rocha Moya.
Comprar conciencias, por las buenas o por las malas.
Con el problema de que muchos de nuestros políticos carecen de valor para enfrentar el poder de un tirano como el que hoy nos desgobierna.
No es fácil, evidentemente, pero tampoco resulta pretexto para ser omisos y nadar de muertito.
El clásico dilema de ser o no ser.
Atreverse o irse a su casa.
La cuarta transformación se evidencia cada vez más como lo peor que nos pudo pasar, pero con todo el poder a su alcance cuentan con muchos seguidores esperanzados, comprados, ingenuos o por conveniencia.
Con la obvia excepción de los chairos cómplices, al pueblo ya no lo engañan tan fácilmente.
Por eso el uso del poder sin el menor de los escrúpulos.
De cuántos mexicanos se atreverán a demostrar su repudio en las elecciones, depende en buena parte de lo que los políticos de la oposición hagan o dejen de hacer.
Si los partidos quieren que el pueblo les haga la chamba, derrotados están desde ya por su cobardía.
ROCHA PERVERSO
Amargados al extremo los de la cuarta transformación y sus aliados ante el alud de cuestionamientos contra la alianza de Morena y el PAS.
El amplio repudio ciudadano que se ha expresado también por analistas en los medios y en las redes sociales es motivo de las clásicas descalificaciones de quienes no tienen otro negocio que el de atacar e insultar a las voces incómodas.
El clásico recurso del complot que sólo se lo creen los fanáticos y los interesados.
El león cree que todos son de su condición.
Rubén Rocha Moya es cómplice, porque los manda o es omiso.
Y para nada es novedad de su parte.
ACTORAZO
Haciendo méritos en busca de un contrato de exclusividad en Hollywood o de perdida en una churronovela nacional al término de su gestión, el presidente intentó ayer dar cátedra de actuación con cara de “¡cómo fregados entró este cabrón!”, con el joven que supuestamente burló todos los filtros de seguridad de la policía militar, que entró a Palacio Nacional y llegó hasta el Salón Tesorería sin que nadie lo viera ni molestara.
En lugar de pedirle vacunas ayer a Joseph Biden, Lopitos hubiera solicitado al presidente gringo que le echara la mano con un grupo de expertos para encontrar los túneles o pasadizos secretos que se sospecha construyó Felipe Calderón, y que fueron usados por el joven “espontáneo”.
Como parte del script, el presidente recibió en su oficina a ese muchacho que recientemente estuvo preso por delitos contra la salud y que por supuesto recibirá la ayuda del mesías para recomponer su vida y llegar al final feliz que confirme a una cuatroté bienhechora y justiciera.
Saquen sus kleenex.
La gente criminosa dirá que se le acaba la magia y por eso recurren a maromas así luego de los cada vez más constantes repudios contra el mesías, como el de las mentadas de progenitora en el avión, con numerosos comentarios de júbilo y apoyo en las no siempre benditas redes sociales.
Así son los neoliberales y conservadores, incapaces de admitir que tenemos al mejor presidente del mundo, hasta el infinito y más allá.
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