Instituto estatal de ciencias penales y seguridad pública
INSTITUTO ESTATAL DE CIENCIAS PENALES Y SEGURIDAD PÚBLICA
En la opinión de Alfonso Carlos Ontiveros Salas
La antigua academia estatal de policía, evolucionó cuando menos en el nombre para adaptarlo a los fines de formación y capacitación de policía, agentes del ministerio público y peritos.
El proyecto causó mucho interés porque se llegaba a uno de los reclamos que por muchos años la sociedad había venido reclamando del gobierno, de tener a su servicio una policía formada y capacitada. Se respiraban nuevos aires para darse el cambio esperado. Fue el sexenio de Francisco Labastida Ochoa.
El gobernante, llegó acompañado a realizar su campaña política, de una buena dosis de elementos militares entre los que destacaba el en ese entonces Teniente Cornel Gilberto Limón. Llegó a lo suyo a reestructurar las policías y se creó la Contraloría General de Policía, el antecedente de lo que ahora es el Centro Estatal de Evaluación y Control de Confianza.
Organizó, pero respetó la naturaleza civil de las instituciones policiales, incluso cuando se dio el famoso cuartelazo por parte del ejercito al irrumpir violentamente en las instalaciones de la coordinación estatal de seguridad, de la policía judicial y policía municipal de Culiacán, no se nombró a ningún mando militar, los sustitutos fueron mandos civiles.
Se detuvo a los titulares de las corporaciones de policía, con excepción del titular de la coordinación estatal de seguridad que logró refugiarse oportunamente de sus captores. No se les comprobó ningún delito a los detenidos tan es así que obtuvieron su libertad con sentencia absolutoria. Tampoco se les reparó el daño moral causado ante el escándalo de su aparatosa detención.
La visión del gobernante no quedó en esa creación, sino que al asumir la Secretaría de Gobernación reforzó los fines de la formación policial y de investigación criminal, tan es así que destinó recursos federales a la creación de las Academias Regionales de Seguridad Pública, cinco en el país, una de ellas en Culiacán y creo el fideicomiso de apoyo a la seguridad púbica con el propósito de dignificar las condiciones salariales de la policía y del personal del ministerio público, así como su respetivo equipamiento.
El esfuerzo realizado no fue aprovechado por los gobernantes que le siguieron, ya que dentro de su agenda de gobierno la seguridad pública solo fue parte de un discurso prometedor pero sin resultados en los hechos.
La seguridad pública, es un servicio al que los gobernantes evaden en su actividad de gobierno, cual es la razón? Usted como lector seguro que tendrá una mejor opinión. La formación policial es cada vez más pobre en número y en calidad, los agentes del ministerio público y peritos no reciben su formación especializada en la investigación criminal dentro de dicha Institución, y desdeñándola ahora que el nuevo sistema de justicia penal exige mayor calidad en los operadores de dicho sistema.
Los antecedentes nos dicen que el fideicomiso de apoyo a la seguridad pública, fue y ha sido utilizado con fines de negocios muy lucrativos, en México no se ha detenido a nadie, pero pregúntenle a Genaro García Luna quienes fueron sus cómplices en la realización de dichos negocios?
Esperemos que quien arribe a la gubernatura del estado, lleve registros en su agenda de la recuperación efectiva del Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Pública, para instituirla como un centro de formación educativa profesional del nuevo policía, fiscales y peritos.
2021, año de cambios y nuevos proyectos en seguridad pública.
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