Mi abierto repudio : autoparlante

Altoparlante

Mi abierto repudio

Por Juan Manuel Partida Valdez

Confieso mi profunda tristeza y enorme decepción, no obstante que en esta columna advertí con mucha anticipación que Héctor Melesio Cuén Ojeda estaba decidido a declinar su candidatura a gobernador, y que su ambiguo discurso con su precandidatura eran una farsa y un engaño burdo frente a todos los sinaloenses.

Muy claro he sido en Altoparlante muchas veces con mi reconocimiento a Cuén por lo que hizo como rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y ello no cambia; mantengo mi aprecio por ello.

Por congruencia, debo manifestar mi incomprensión y mi repudio a su decisión de declinar ante quien lo ha señalado como corrupto y como un dictador, y que se sume a un partido que repetidamente lo ha tachado como lo peor de lo peor.

Seguro estoy que mi decepción para nada le preocupa a mi amigo Héctor Melesio, y que lo mismo sucede de su parte frente a los miles de ciudadanos que hoy se sienten defraudados con él, incluyendo a numerosos militantes del Partido Sinaloense; ya saben que mi pecho no es bodega.

Recibimos este fin de semana buen número de mensajes y hasta llamadas de gente que nos expresó su profunda decepción contra el dirigente pasista, con muy duros comentarios.

Que se dobló y acobardó ante la manita de cochi y las amenazas de encarcelamiento; que lo chamaquearon; que lo usarán y lo tirarán; que actuó como un mercenario, sumándose a quienes están destruyendo al país; otras consideraciones muy duras resultan impublicables.

Definitivamente, tenemos a partir de este sábado un Héctor Melesio y un PAS diferentes.

Existen como en todo opiniones contrastantes tanto a favor como en contra, pero para bien o para mal la declinación implica un antes y un después.

Con consecuencias terribles para Cuén, en opinión de quien esto escribe.

Como si faltara, la pena adicional por el acto con el que la directiva “ampliada” del PAS validó la declinación.

Como viles chairos frente al mesías.

CUÁL AMPLIA VENTAJA

Lo del sábado es confirmación plena de la desesperación que viven Morena y su candidato Rubén Rocha Moya; la gubernatura está disputada, y las simpatías morenistas van en picada.

No hay otro modo de explicar que luego de que como candidato y tras convertirse en senador tuviera expresiones públicas muy duras en contra de Cuén Ojeda, ahora lo cobije y se declaren enamorados el uno del otro.

Si de verdad en la cuarta transformación fueran tan bien como dicen, para nada “sumarían” a un Héctor Melesio tan vilipendiado por ellos mismos.

En ello, la pregunta resulta obligada y de sentido común: ¿podemos confiar en los “principios”, los “valores” y las “convicciones” de Rocha Moya?

Cada quién tendrá su respuesta; de mi parte, estoy convencido que se exhibió a sí mismo, y que por ello mismo es mucho más lo que pierde que lo que gana, como bien señaló de manera puntual ni más ni menos que su compañera senadora, también morenista, Imelda Castro.

LA CÍNICA COMEDIA

No sé bien si quieren destacarse con la comicidad del milenio, pero mata de risa la dignidad con que algunos en la transformación de cuarta salen a repudiar que su partido reciba corruptos.

Eso atenta contra los principios de Morena, afirman con aparente seriedad.

Quizás lo que la referida proclama en realidad consigna es el deseo de evitar que les quede menos para robar y para repartir.

Porque corruptos es lo que les sobra.

Lopitos, con el hermano Pío y la prima Felipa; el director general de la CFE, Manuel Bartlett, y el junior; Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública; Ana Gabriela Guevara, Comisión Nacional del Deporte; el director general del IMSS, Zoé Robledo; Jesús Ramírez, el vocero presidencial con su millones de pesos pagados a empresas fantasmas; alrededor del 80 por ciento de contratos de compra y por obras sin licitación; desvíos multimillonarios en programas sociales con pagos a fallecidos, personas y empresas inexistentes; miles de millones de pesos gastados sin comprobar, y muchos etcéteras más.

Montones de esas corrupciones han sido comprobadas públicamente y están bien documentadas, con la impunidad total y la complicidad del presidente como constantes.

Así entonces, se tiene que ser muy cínico y muy desvergonzado para casi cortarse las venas en el alegato de que tener a corruptos atenta contra los valores y principios de su partido.

SE PUDO Y SE PUEDE

Haya sido como haya sido, el retiro de la candidatura al violador Félix Salgado Macedonio es una victoria clara particularmente de mujeres valientes.

Fue una rectificación forzada de Morena, ordenada por un presidente derrotado en su soberbia por esa creciente inconformidad nacional.

No es pues Lopitos un dictador invencible.

Se demostró que la unidad del verdadero pueblo bueno y sabio puede mandar a donde se merece a esos que todos los días nos mienten, nos roban y nos matan.

Porque ya chole.