PRESIDENTE. ENFERMO?
Iniciamos semana con la novedad de que al Presidente lo abandonó su talismán protector y enfermó según él, de covid-19, será una más de sus habilidades para grillar por sus destrezas para manipular la voluntad de grandes masas populares, para encubrir la ineptitud del mismo para gobernar?.
Es un tanto sospechoso que el Presidente haya enfermado precisamente cuando el País está a punto de iniciar un proceso electoral que por su trascendencia, en el que Morena, su partido político, podría perder el control político del Congreso Federal.
La ambición del poder, es el peor de los contagios, y que impone recurrir a todos los medios para no perder el control, incluso la de auto enfermarse. ¿Donde quedó su amuleto milagroso que lo blindaba de cualquier enfermedad?, y su manto santurrón por no ser corrupto también lo abandonó?, perdió su poder de protección contra los males pandémicos que sufre el País?
Enfermarse en estos momentos políticos de trascendencia nacional, sería natural en cualquier persona, pero no en la persona del Presidente, porque puede ser una más de sus triquiñuelas para engañar, pudiera ser que quiera distraer la atención del elector pidiéndole que ore por él y que se olvide de los sabores amargos que su gobierno le ha causado en esta crisis de salubridad general que tiene enlutado al País, y una crisis económica que tiene al borde de la quiebra también a la Nación.
Si en verdad ha enfermado, espero que recobre su salud; pero también, voto porque recapacite, sobre la necesidad de su retiro, que se vaya a su finca "La Chingada" y ya deje de hacer tanto daño por su ineptitud para gobernar el País.
No distraiga a la Nación Presidente, ya basta de mentir, no sea perverso y grillo, no se escude con su supuesta enfermedad y no desvíe la atención nacional para querer tapar el bache donde ha caído y que lo ha enlodado por su obsesión camorrera contra periodistas y también contra empresarios, a quienes ha culpado de las desgracias que sufrimos los mexicanos.
Cuanta insensatez Presidente, hasta usted descuidó su contagio, no previó poder enfermarse y pone en riesgo la seguridad del País y no solo la salud de los demás.
Elevar nuestras oraciones al Todopoderoso, que lo alivie que bien, pero las plegarias no aliviarán su deslealtad a sus convicciones, tampoco la petición de sanación lo perdonará de proteger al corrupto, y ninguna oración conseguirá evitar el repudio popular por sus millonarias inversiones en el sur del País para mejorar su patrimonio familiar y por embellecer un estadio deportivo propiedad de su hermano con el presupuesto de la Nación, en desprecio a las terribles necesidades de bienestar de numerosas familias mexicanas.
Su supuesta enfermedad, quizá salga a flote en un momento crucial para su partido y para su gobierno, no quiere perder el control político del Congreso, le tiene miedo a la derrota, siente que su corona se cae y poner en riesgo a su partido pero también a su gobierno.
También hay un plus que le preocupa, un nuevo vecino que asume el poder al otro lado de la frontera, su malestar con el Presidente parece que es real, y cualquier medida que aplique podría ser fatal para la economía nacional y para los mexicanos. De nuevo, de nuevo nos encontramos en grandes y graves encrucijadas, se nos cruzan los caminos y no hay visión ni Presidente que nos estimule y nos oriente. Cuanto tiempo resistiremos mexicanos?
Ya basta de mentiras, no sigamos siendo cómplices de la deslealtad y la ineptitud. Nuestro voto debe hacer la diferencia para lograr el progreso y rescatar nuestra dignidad.
2021, votemos por un México próspero y digno.
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